28: La honestidad de Blaise

25 2 0
                                    

A diez para las siete, Ron estaba símplemente vestido con una sudadera color lavanda y pantalón deportivo bastante cómodo de color azul eléctrico, se paseaba por la casa descalzo mientras tenía entre sus manos un bol de frutas picadas bañadas en leche condensada.

-Los muggles son raros, pero admito que algunos de sus inventos de comida son buenos... Nunca se me hubiese pasado por la mente ligar frutas y ésta extraña leche "constipada"... Es muy buena.

Apenas se sentó en el sofá para sentarse a ver televisión un rato, el timbre de la puerta de la cabaña sonó.

Rodó los ojos un tanto exasperado sabiendo exactamente quien era, quiso ignorarlo, pero el timbre no dejó de sonar insistentemente.

Cansado de escuchar el timbrado, dejó  el bol sobre la mesa frente a él y se acerco a abrir la puerta.

Al hacerlo, tuvo que contener la respiración.

Sabía que quien iba a estar detrás de la puerta, era Blaise Zabini, pero no esperaba encontrarselo vestido con una camisa verde menta de botones apretada, con los dos primeros desabotonados y mostrando ligeramente su pecho fuerte y musculoso, un pantalón de vestir que le estilizaba las largas y formadas piernas y unos mocasines negros muy elegantes.

A Ron se le hizo la boca agua cuando vio lo extraordinariamente guapo que estaba el moreno.

-¿Ves algo que te guste? - le preguntó Blaise descaradamente con una sonrisa orgullosa y llena de autosuficiencia.

Ron se recompuso rapidamente ante eso, si había algo que lograba hacer click en su mente para despertarlo de su letargo de pensamientos húmedos y pecaminosos, era esa arrogancia que poseía Blaise... Propia de los Slytherin... y él, como buen Gryffindor, estaba listo para darle pelea.

-Lo único que veo es un idiota que no entiende un no por respuesta - respondió el secamente sin apartarse de la puerta - te dije que no era necesario que vinieras... Eres increiblemente pesado.

-Solo estoy cumpliendo con mi trabajo Ron - le dijo Blaise sin quitar su sonrisa - No me lo pongas tan difícil... Solo quiero cuidarte.

-Ni siquiera estás de servicio hoy.

A Blaise no le pareció tan sorprendente que Ron supiera aquello, después de todo él iba sin uniforme y eso era una clara señal de que no le tocaba trabajar.

-Aun así... Eres prácticamente un testigo protegido... y a pesar de que hay aurores en los alrededores y un campo de fuerza antimagia, es mi deber como jefe, asegurarme de cada paso que das.

-¿Y para eso tenias que vestirte como si fueras a una cita? - las palabras se le salieron solas de la boca y al instante se arrepintió de haberlas dicho.

-Bueno... Si quieres podemos tener una, no me importa nada que estés en pijama - dijo acercándose peligrosamente.

Ron le dio la espalda y se adentró mas en la cabaña, Blaise cerró la puerta tras de sí suavemente.

-Como puedes ver - dijo el pelirrojo abriendo los brazos como si señalara todo a su alrededor - estoy bien, todo está tranquilo y estoy a salvo, ya te puedes ir.

-¿Asi es como tratas a tus visitas? - Blaise no perdía en ningún momento su ápice sexual, no los desplantes de Ronald lograban acobardarlo, mas bien solo lo insentivaban más a continuar insistiendo.

-Así es como trato a quien no se larga... ya viste que estoy bien.

-Y si me das un recorrido por tu cabaña, se ve acogedora... Puedes mostrarme tu cuarto.

-No gracias.

-Seguro que es tan hermoso como tú.

-Paso.

Pero sin esperar a que Ron dijera una palabra más, Blaise subió rápidamente las escaleras hasta el segundo piso.

-¡Eh! - reclamó el pelirrojo siendo ignorado.

-Calmate Ron... Solo quiero revisar que todo esté bien, la última vez no pude hacerlo... O es que acaso pensabas que... - Blaise fingió asombro y desconcierto de forma de divertida - ¿No pensaras que... No habrás creído que vine para...? O señorito Ronald... Has conseguido que me ruborice.

-Deja de decir tonterías Blaise.

El moreno se echó a reír descaradamente y comenzó a revisar las habitaciones ignorando las protestas de Ronald, cuando acabo, decidió bajar con paso lento y relajado.

-¿Y si haces algo de cenar?

-¿Me ves cara de sirvienta? - reprochó el ojiazaul.

-Anda no seas malo, sé bueno con él auror que te mantiene seguro - se acercó a él tomándolo firmemente por la contura - Además yo no sé cocinar mucho, siempre compró comida preparada y hoy se me antoja algo casero.

-No me extraña, Harry me dijo que no sueles cenar mucho en tu casa.

Blaise enarco una ceja de inmediato y puso una sonrisa malvada y divertida, fue allí cuando Ron comprendió cual fue su error de cálculo, quiso enmendarlo pero ya era tarde, lo supo cuando Blaise le preguntó:

-Entonces Neville, Harry y tú sí hablaron sobre mí.

Yo no les pregunté nada - respondió mordaz el pelirrojo - Ellos me lo contaron por propia voluntad.

-Ya veo... ¿y que mas te han contado Harry y Neville sobre mí?

-Que eres un verdadero bastardo en lo que respecta al sexo con otros hombres.

Blaise no se sintió insultado en lo más mínimo, de hecho se echó a reír - Es extraño que ambos hayan dicho eso sobre mí y mi vida amorosa.

-Yo no lo llamaría vida amorosa.

-¿Ah no?

-No me parece que acostarse con alguien sea un acto de amor Blaise.

-¿Y que consideras tú amor?... ¿Dejar plantado a un pobre imbécil en el altar?

Ron reaccionó como si le hubiesen dado un puñetazo en la boca del estómago, se aproximó a la puerta, la abrió de par en par y señaló el exterior.

-¡LARGO DE MI CABAÑA YA!

-Espera, lo siento... Fui un idiota.

-En efecto, lo fuiste, ahora largo.

-Lo siento de verdad, a veces soy un bastardo, debe ser la práctica.

-¿Y todavía lo reconoces?

-No, reconozco que lo fui, brusco, rudo e insensible, pero he ido cambiando con los años desde que estuve en Ilvermorny, no era mi intención decirte eso, acabo de darme cuenta... Te debo una disculpa.

-A mí no me debes nada Blaise Zabini, puedes irte al quinto infierno si quieres, yo no soy uno mas de tus amantes.

-Vaya labia la que tienen Harry y Neville ¿Eh?

-Al igual que tú... y parece que eso te a abiertola puerta de muchos dormitorios ¿No es cierto?

De repente, Blaise perdió el brillo de bromista en su mirada.

-No soy ningún monje y necesito mas que indiferencia profesional de las prostitutas, de manera que si Harry o Neville te hablaron sobre mis encuentros sexuales... Me imagino que te habrán dicho que a todos les hablo con la verdad por delante... Siempre les digo que es algo pasajero... Nunca les e mentido a ninguno con falsas promesas que sé que no voy a cumplir.

Era verdad, al menos es lo que le había dicho Harry que le contó su amigo... ¿Entonces hacía lo mismo con todos?... ¿Les decía siempre a todos que no pensaba en nada serio?

Si Blaise realmente era así de honesto con todos, entonces... ¿Cabía la posibilidad de que la apuesta de la que le a estado hablando si sea verdad?

El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora