52: ¿Que yo qué?

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El sonido constante de un teléfono comenzó a ser bastante molesto para Goyle, aunque no quería abrir los ojos, se vio en la obligación de hacerlo porque definitivamente aquel sonido era obvio que no tenía intención de detenerse.

Hasta que abrió los ojos, no se dio cuenta de que la habitación estaba mas iluminada gracias a los rayos del sol, ya había amanecido.

Miró a su lado derecho y sonrió sutilmente al ver que un hermoso pelirrojo estaba durmiendo boca abajo mientras roncaba muy sutilmente.

Tenía la espalda descubierta, dejando expuesta su perfecta piel de porcelana blanca con miles de pecas diminutas, su redondo y perfecto trasero estaba a la vista.

Goyle se levantó y admiró la vista, él era perfecto, era hermoso y era suyo.

Su nalga izquierda aun tenía la marca de su mano pero mucho mas tenue, lo cubrió y salió de la cama desnudo.

Se vio la espalda en el espejo y vio los signos de marcas de rasguños hechos por las uñas de Ron, sonrió divertido al recordar que esas marcas se las había hecho mientras estaba encima de él, haciéndolo suyo y escuchandolo gemir su nombre.

El teléfono seguía sonando sin parar, rodó los ojos y bajo hasta la planta baja para contestar.

Apenas se puso el auricular del teléfono local en el oído cuando escuchó aquella voz tan familiar.

-¿Te lo cogiste?

-Hola Harry - habló Goyle divertido.

-Oh, hola Gregory - dijo Harry repentinamente apenado - ¿Como... como estás?

-Oh, creeme... No podría estar mejor - respondió sin dejar de lado el tono divertido.

-Éste... ¿Llamé al numero correcto?... ¿Éste es el numero de Ron cierto?

-Sí Harry, lo es - respondió - no te equivocaste de número... Es el de Ron.

Goyle pudo escuchar claramente como Harry trató de contener una risa divertida y cómplice.

-¿Quieres que te lo llame?

-Oh no... Éste... Bueno, no... Solo dile que... Que me llame cuando pueda... Draco y yo nos vamos en un par de horas a la luna de miel.

-Felicidades por la boda Harry.

-Gracias Goyle.

-Y disculpa que Ron y yo nos desaparecieramos.

-Oh no - se echó a reír divertido de forma ligera - no, no hay problema... Estoy seguro que fue por algo bueno.

-Él te dirá luego si fue o no fue bueno - dijo siguiendo el ritmo divertido.

-Bueno, te dejo entonces.

Una hora después, Ron despertó y Goyle le dio el recado de Harry, junto a un desayuno preparado por el mismo.

Al llegar a la cocina, Goyle tenía listo un desayuno completo para su pelirrojo, tostadas, huevos, tocino, mermelada, jugo, cereal, frutas, yogurt y jugo.

-Goyle, no tenías que...

-Claro que sí... Solo lo mejor de lo mejor para mi hermoso pelirrojo.

-Gracias.

-No gracias a ti por todo lo de anoche... Fue realmente especial... ¿Como te sientes?

-El culo me duele a horrores y estoy seguro que no podré sentarme en seis meses, pero valió cada maldito segundo.

Goyle se echó a reír sin poder evitarlo.

-Bueno, si quieres no lo hago mas, no quiero que corramos el riesgo de que quedes en silla de ruedas.

El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora