El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)

4: Frustración

Aquella historia que les estaban contando si bien podía llegar a ser tan absurda que podría hasta llegar a parecer mentira.

Es decir, quien se iba a creer que Ronald Wesley iba a atreverse a hacer algo como eso.

Nadie nunca lo imaginó.

Ron se sobresaltó cuando escuchó una explosión de risas que provenían de una de las esquinas del recinto, dos hombres que estaban del lado que daba hacia el campo de Golf se encontraban desternillandose de la risa, el más alto, negro y con barba de candado estaba quitándose una lágrima.

Ron lo reconoció enseguida, era Blaise Zabini, un idiota egocéntrico con unos horribles modales y a cuya madre se le habían muerto "misteriosamente" siete esposos, de allí la fortuna y que tuvieran tanto dinero... típico de un Slytherin.

Aunque tenía que reconocer, pero jamás en voz alta, que se veía bastante diferente a como lo recordaba de la escuela, allí estaba flaco, siempre con la cabeza rapada y siendo talvez el secuaz menos lamesuela de Draco Malfoy, ahora, estaba más alto, con mejor cuerpo, su barba candado le daba masculinidad y su cabello se le notaba bastante cuidado.

Pero, de seguro seguiría siendo la misma basura que era en ese entonces, como todos los Slytherin.

Si se reían de esa forma aquellos dos, es porque no tenían ni el más mínimo sentido del decoro, era obvio que para ellos daba lo mismo un recinto de ceremonias que una fiesta de alcohólicos.

Giró la cabeza sólo un poco y vio una mano que se alzaba para saludarlo a lo lejos, al enfocar bien, vio a Parvati Patil enviándole saludos desde lejos.

A su lado estaba lo que para él era otro idiota de Slytherin más, Gregory Goyle, con éste no sabía quién fue más lamesuelas para Draco Malfoy entre él y Vincent Crabbe, fueron una pesadilla para él y para Harry en sus siete años de escuela.

No había cambiado mucho, ya no estaba tan gordo, aunque Vincent siempre lo fue más, ahora estaba robusto, más alto, sin barba y con el cabello desordenado, puede que le diera un aire fresco, pero seguía viéndose como un idiota.

Debió imaginarse que estarían aquí, así como Hermione y él eran mejores amigos de uno de los novios, ellos dos lo eran del otro.

Saludo a Parvati solamente aunque Goyle le dio un asentamiento de cabeza en forma de saludo.

¿De verdad esperaba que lo saludara?

De cualquier forma, prefirió ignorarlos a los dos, se dio la vuelta y se concentró en el bufet de comida, específicamente en la sección de postres, su vista se fijo en un canasto de fresas cubiertas completamente de chocolate, el letrero de enfrente decía: Fresas con triple cubierta.

Si, definitivamente se lo merecía, si iba a estar ahí dándole apoyo moral a Harry el tenía que darse algún apoyo a través de complacer algunos antojos.

Además quería aprovechar ya que nadie le había hecho insinuaciones impertinentes sobre su regreso.

Apenas había agarrado la bandeja de plata fina donde colocaría las fresas cuando una chirriante e irritante voz detrás de él lo llamó.

-¡Ronald Wesley!

Había hablado demasiado pronto... ¿Que nadie le había hecho preguntas impertinentes? Ja, apenas empezaba.