24: Viejas rencillas de amistad

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Había pasado una simple hora desde que ocurrió lo del beso y en ese  tiempo, Gregory lo había rememorizado mas de un millón de veces, el sabor dulce de sus labios en contacto con los suyos, la suavidad del beso y de los carnosos labios en si.

Unos labios perfectamente rojos como el cabello de ese hermoso pelirrojo.

¿Por que lo había hecho?... ¿Por que lo había besado?... Después del beso no dijo nada y el tampoco dijo nada... ¿Que se suponía que iba a decir cuando aquel gesto lo había tomado tan de sorpresa?

Ron solo entró en la antigua mansión Black sin decir no media palabra y Goyle se había ido desconcertado y extasiado a partes iguales.

-¡GOYLE! - Aquel grito no lo hizo sobresaltar pero si lo obligó a despertar de su letargo mental.

Fue entonces que recordó donde estaba, en la mansión Malfoy probandose el traje que usaría como padrino de bodas.

El grito que había escuchado era precisamente de su mejor amigo quien lo miraba ceñudo.

-Lo siento Draco - respondió aceptando el saco que el rubio le estaba intentando entregar desde hace unos minutos.

-No lo sientas... Es evidente que algo te tiene muy pensativo... ¿Es algo bueno? - le preguntó el rubio evidentemente preocupado por su mejor amigo.

Pero no fue necesario que le respondiera, la sonrisa boba que de pronto puso Gregory al rememorar una vez mas el beso con Ron le dio la respuesta.

-¿Sabes que? Ya no me respondas... Es evidente que es por algo muy bueno... Mejor dicho, por ALGUIEN muy bueno - le contestó una vez mas el rubio colocando una sonrisa traviesa.

-¿Que?... ¿De que estás hablando?... No hay nadie.

-Aja claro... y yo soy la reencarnación de Merlín - le respondió irónico burlándose - No me mientas Goyle... Conozco esa mirada... Es la mirada de un hombre felizmente enamorado.

-No digas estupideces Draco.

-No estoy diciendo estupideces Goyle... Esa expresión que tú pusiste justo hace un momento es la misma que puse yo al volver a ver a Harry... Era la expresión de bobo enamorado que ponía cada vez que veía a ese cara rajada cerca... Aun a veces la pongo.

-¿En serio? - Preguntó él fingiendo desinterés, lo cual no engañó a Draco en lo absoluto.

-¿En serio que? - Preguntó el rubio tratando de mantener seriedad aunque por dentro estaba feliz por su amigo y quería saltar de alegría por él sabía que Goyle era alguien muy hermético con su vida y sus sentimientos.

-Nada olvidalo... ¿Como se me ve el traje?

-Goyle no hagas eso... Es molesto.

-¿Hacer que? - pronunció el mas grande frunciendo el ceño.

-Cambiar la conversación tan abruptamente, soy tu mejor amigo y si no puedes contarme las cosas a mí ¿Entonces a quien?

-Sabes que no es sencillo Draco... No estoy acostumbrado a expresar mis sentimientos... Vengo de una crianza en donde se me enseñó que mis sentimientos no importaban, que debía callarme y...

-Y eso ya es parte del pasado Goyle... Estamos en el presente.

-Eso no significa que voy a soltar las cosas de buenas a primeras... Draco... Talvez mis padres no me trataron como una basura como hicieron los padres de Crabbe... Pero a mí también se me enseñó que solo importaban lo que pensaba el señor tenebroso y...

En ese momento, Goyle se quedó en silencio.

-¿Y?... - le instó Draco a que continuara - Adelante Goyle, di lo que tengas que decir.

-Eres mi mejor amigo Draco y te agradezco porque en los últimos quince años nuestra relación a tenido una evolución mas que positiva, has cambiado mucho de una forma increíble y hoy mas que nunca veo el porque eres mi mejor amigo... Incluso me encantaría que Crabbe estuviera aquí disfrutando de ésta nueva versión de ti... Pero tienes que reconocer que antes de eso... En la escuela... Tú eras... Bueno...

-Un cabrón imbécil - Completó Draco.

-No te lo estoy reprochando porque te has vuelto alguien increible y de muy buenos sentimientos, alguien admirable y que merece toda la felicidad del mundo... Pero sin ánimos de ofender Draco... La razón por la que soy de ésta forma tan hermética es porque siempre me dijeron que lo único que importa era lo que tú pensabas y sentías.

Draco lo sabía, también lo criaron para pensar sólo en si mismo, para que solo importara él y nada más y que incluso no viera a sus amigos como tal si no como meros sirvientes que cumplieran lo que les daba la gana.

Hoy por hoy, aun se sentía terrible de recordar su actitud de aquellos años, aunque Harry siempre le confortaba diciéndole que no era su culpa y que ahora era un hombre de bien que había cambiado mucho.

-Pero yo...

-No te disculpes - le interrumpió Goyle con tono calmado comenzando a quitarse la chaqueta y luego el pantalón con cuidado de no arrugarlo - Vuelvo y repito que no te lo estoy reprochando, sé que tú tampoco pudiste controlar la educación que te dieron tus padres... Yo solo estoy exponiendo los hechos como son.

Tomó los pantalones, la camisa y la chaqueta y las guardó con cuidado en los percheros debajo del plástico de protección que evitaba que le cayera polvo, todo bajo la silenciosa y atenta mirada de Draco.

-En nuestra amistad de tres Draco - continuó Goyle con su característico tono calmado, no se notaba ni un solo ápice de molestia o reproche en su voz, su rostro o sus gestos, se expresaba sereno como si fuera una conversación amena - El único pensamiento y los únicos sentimientos y ambiciones que siempre importaron... Fueron los tuyos.

-¿Me odias por eso?

-Si Crabbe no te odió a pesar de que su situación fue peor que la mía que te hace pensar que yo...

-No estamos hablando de Crabbe Goyle... Estamos hablando de ti... Aquí importas tú y lo que sientes.

-Eso es precisamente lo raro para mí y por lo cual me cuesta dejar de ser hermético y cerrado Draco... Porque lo que me acabas de decir... Sobre que solo importaba yo y lo que siento... No me lo había dicho nadie jamás - terminó de vestirse con la ropa que había traído - pero respondiendo tu pregunta Draco... La respuesta es un rotundo no... No te odio, no te guardo rencor, no te culpo, te quiero, te aprecio y eres mi mejor amigo - tomó el rostro de su rubio amigo para que viera en sus negros ojos la sinceridad de sus palabras - por el que estoy dispuesto a dar la vida y a matar si es necesario... Otra vez... Lo único que te pido a cambio es que me dejes ir a mi tiempo... Dejar de ser tan cerrado con tus sentimientos no es tan sencillo como crees.

Y sin esperar respuesta de Draco, Goyle se marchó, saliendo de allí sintiéndose mucho mejor, talvez con un peso menos encima.

Era verdad lo que decía, no odiaba a Draco, no lo envidiaba, no lo culpaba de su actitud de antes, sin embargo aun habían viejas heridas de orgullo que no habían sanado.

Ahora sí, porque tenía que admitir que decirle aquella verdad a la cara a Draco... Esa verdad que llevaba años cargando consigo, le había servido para terminar de cerrar viejas rencillas de amistad.

El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora