21: Socios

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Cuando los dos separaron sus manos, ambos sintieron que habían quedado frías... ¿era normal? Se habían preguntado.

Gregory carraspeo y decidió decir algo porque necesitaba cortar el electrificante momento.

-¿Cómo a sido tu estancia en Grinmaud Place?

- Lo normal - respondio Ron con un tono aparentemente tranquilo, aunque por dentro aún se sentía un tanto nervioso - Ya sabes, los chismes, hablar con Harry, mis padres, visitar la cabaña del lago, sobrevivir un ataque de unos narcotraficantes de Dragones... ya sabes... lo normal que le puede pasar a cualquier persona.

Gregory arqueo las cejas, una parte de él quería reírse, pero lo último que había dicho Ron le había dejado realmente en shock.

-¡Espera!... ¿Narcotraficantes?... ¿Estás bien?

-Sí, sí estoy bien... fueron sólo unos tipos buscando venganza porque arrestaron a su equipo por culpa mía y de Charlie... larga historia... El punto es que los cuatro que quedaban trataron de acabar conmigo... Los aurores llegaron y capturaron a tres.

-¿Osea que uno está libre... prófugo?

-Así es - contestó Ron con simpleza, como si aquello no fuera realmente gran cosa.

-¿Y por qué estás aquí afuera tan campante y tan relajado sabiendo que afuera hay un maniático buscándote?

-Por que antes de convertirme en cuidador de Dragones, te recuerdo que fui Auror del ministerio junto a Harry, ambos tenemos todo el conocimiento de como funciona todo ahí... Sé perfectamente que tengo a un grupo de aurores siguiendome en secreto en éste preciso momento cuidandome y además noté el casi perfecto campo de fuerza antimagia que dejaron los aurores fuera de la cabaña del lago.

-¿Casi perfecto?

-Los aurores sabemos que no existe un campo de magia perfecto, todo hechizo tiene un contra hechizo... a excepción del maleficio asesino... Pero éste campo antimagia está muy bien hecho, por eso digo... Casi perfecto.

-Oh, entiendo - respondió Goyle sin saber que mas decir.

-Mejor sigueme contando sobre lo que quieres hacer con esa tienda.

-¿Estás seguro? - Le preguntó Goyle - Siento que después de lo que me acabas de decir es un poco difícil concentrarse en otra cosa.

-Estoy seguro... Además estoy bien... te recuerdo que pasé siete años junto a Harry Potter... Todos lo conocían como el niño que vivió... yo lo conocía como el niño al que los problemas lo perseguían... Y esos problemas me afectaban a mí también.

-De acuerdo.

Goyle se dispuso entonces a relatarle a Ron con detalle sus planes presentes y a futuros sobre la tienda que quería abrir y a decir verdad, Ron quedó fascinado por la exactitud de las palabras de Goyle, se notaba que sabía como quería cada cosa, en cada lugar, los clientes y demás... fue obvio para Ron que aquello no se trataba de un sueño loco y absurdo que se le ocurrió a Goyle de repente... allí habían años de planeación.

Seamus Finnigan les servía café de vez en cuando y les rellenaba el tazon de galletas de chocolate, pero ellos estaban tan absortos y entretenidos en su conversación que realmente no reparaban en su presencia.

Seamus no se lo tomó a mal, más bien le daba mucha alegría que Ron estuviera bastante entretenido con alguien y la verdad es que Gregory Goyle hace mucho tiempo que dejó de verse como aquel chico torpe y malvado que seguía a Draco Malfoy en todas sus villanías.

Sonrió para sus adentros porque nada le hacia mas feliz que ver a uno de sus amigos y antiguo compañero de habitación de Howgarts en plan romántico... Aunque era obvio que el mismo pelirrojo no quería admitirlo y quería fingir que nada estaba pasando.

Cuando Ron y Gregory culminaron con la conversación, el pelirrojo le preguntó:

-Déjame ver si entiendo... le entregas una o varias ideas a un cliente y... ¿Ella o él elige lo que quiere y tú se lo confeccionas?

-Ojalas fueras banquero en Gringotts...  Parece que no fui capaz de meterle ese concepto en la cabeza al duende que me atendió.

-Los banqueros sólo miran el balance final Goyle - dijo mientras tomaba la última galleta del tazon y la partía a la mitad para compartirla con él.

Gregory lo miró mientras tomaba el pedazo de galleta y ladeó la cabeza.

-Sólo me iban a hacer falta unos pocos encargos para dar a conocer mi talento y lo digo con conocimiento de causa, no hay muchos negocios que puedan ofrecerte ésta seguridad... estoy seguro que si comienzo éste año... para el siguiente... Voy a tener más encargos de lo que podría llegar a asumir.

Ron Wesley sonrió complacido ante su falta de humildad, porque no sonaba pretencioso, sonaba seguro de si mismo... ¿Así que eso tenían los Slytherin eh?... No sólo era orgullo y soberbia... era seguridad e imponencia.

Eran cualidades bastante atractivas, tenía que reconocerlo.

Ahora entendía un poco mejor el porque Harry se había enamorado de Draco.

¡Espera!... ¿Que?... ¿En que diablos estaba pensando?... ¿Cómo se le ocurría decir algo así dentro de su mente.

-¿Estás bien Ron?... Te quédaste en silencio.

-Sí - dijo rápidamente - Me has convencido.

-¿Para que?

-Voy a ser tu socio capitalista.

-¿Que?

-Sí, no esperaremos a que el banco te diga que sí o no.

-¿Por qué tienes tanta fe en mí Ron?

-Porque alguien capaz de hacer lo que tú hiciste para defender a tu amigo es capaz de hacer cualquier cosa y ese es el temple que se necesita para montar un negocio tan ambicioso.

-Ojalas pudieras olvidarte de eso... Pero a fin de cuentas... ¿Por que ibas a ser el único?

Ron lo miró un momento, pensando que quizás había metido el dedo en la llaga por accidente, pero luego reconoció la mirada de Goyle y entendió mejor sus palabras.

-¿Ese duende que te atendió no habrá utilizado ese argumento para negarte el préstamo verdad?

El Slytherin no respondió, pero no hizo falta, Ron lo entendió.

-Menudo duende hijo de la gran puta.

-Está bien no pasa nada Ron... Estoy acostumbrado.

-Claro que no pasa nada, porque ahora es que vas a demostrarles de que estás hecho.

Ésta vez fue el turno de Ron de extender la mano primero hacia él con una gran sonrisa.

-¿Qué me dices... Socios?

Goyle se le quedó viendo, realmente no podía creer lo que estaba pasando, ¿Como habían llegado hasta ese punto?... ¿Cómo habían pasado de que el pelirrojo no le dirigiera la palabra en la fiesta y detestara a los Slytherin a ofrecerle ser socios?

Que loco era el mundo y las vueltas que da la vida sin aún mas desconcertantes.

Aún así... Había escuchado muchas veces aquella frase muggle de que: El que no arriesga no gana.

Levantó el brazo y estrechó tambien la mano de Ron mientras sonreía, otra vez ahí estaba esa corriente eléctrica que tanto habían luchado por dispersar del ambiente, sin embargo logró controlarse sólo para poder responder la pregunta de Ron:

-Socios.

El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora