22: Es lindo

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Estuvieron conversando durante un rato más y en ese tiempo, Ron pudo notar que había un hombre de unos cincuenta años que trataba de pasar desapercibido.

Se había sentado en los taburetes frente a la larga mesa del desayuno, comía unos panqueques con crema batida de la forma más normal posible.

Exceptuando el hecho de que no dejaba de lanzarle miradas a los dos por el rabillo del ojo.

Podían haber dos posibilidades, la primera es que fuera uno de los aurores que lo estaba custodiando en secreto, no era necesario que se lo dijeran, sabía que después de lo que había pasado en la cabaña el Ministerio no lo iba a dejar sólo deambulando por ahí con un traficante de dragones suelto buscándolo.

Pero era poco probable, éste tipo era muy evidente y los aurores eran entrenados arduamente para que nadie notara su presencia, especialmente los magos por quienes no querían ser vistos.

Por lo cual no podía ser un auror.

Eso dejaba la otra posibilidad, podía ser que fuera el mismo traficante que había venido a terminar el trabajo.

Sin embargo, no se parecía en nada a él, pero podía ser efecto de una poción multijugos.

Aún así le parecía poco probable que aquel hombre hubiera venido a matarlo en plena luz del día.

Podía ser que...

Y en ese momento, Ron lo entendió, sus sospechas fueron confirmadas cuando vio que el hombre hizo un movimiento casi imperceptible con el brazo que tenía oculto, de no haber sido por su entrenamiento como auror probablemente no hubiese notado aquel movimiento.

En cuestión de segundos, Ron sacó su varita, el sujeto ya había sacado la de él y le apuntó directamente sin esperar.

-¡AVADA KEDAVRA! - Gritó con los ojos desorbitados en el mismo momento que con un movimiento de su varita, Ron hacía aparecer un campo de fuerza justo a espaldas de Goyle un segundo antes de que el hechizo llegara hasta ellos, el cual rebotó y se estrelló contra la vidriera gigante que tenía el nombre del local y estalló en pedazos.

Gregory se hizo a un lado y se agachó en todo el lateral del asiento, sacando su varita lo más rápido que pudo.

Seamus traía un café en ese momento, el cual se le cayó sin poder evitarlo al darse cuenta de lo que estaba pasando.

¡AVADA KEDAVRA! - Volvió a gritar El el hombre enfurecido contra Ron.

El pelirrojo nuevamente repelió el ataque, un tercero y un cuarto, dándose cuenta luego de que el hombre parecía no saberse otro hechizo que no fuera la maldicion asesina.

Gregory se deslizó por el asiento hasta el suelo, siempre con la varita en mano

Se levantó agilmente y apuntó al sujeto directo en el pecho.

-¡PETRIFICUS TOTALUS! - Gritó con fuerza y un rayo de luz verde salió de su varita impactando directamente contra el sujeto, el cual al instante se quedó rígido, con ambas manos pegadas a los costados, los ojos abiertos y el cuerpo conpletamente inmóvil, cayó hacia atrás como un costal de papas.

¿Donde estaban los supuestos aurores que lo estaban custodiando? ¿Será posible que sólo lo haya suponido y que en realidad hubiera estado vagando sólo por las calles con un loco buscando de matarlo?.

No tenía ningún sentido, el Ministerio no actuaba de esa manera, sabía sus reglas de memoria, era su obligación protegerlo, había detectado el campo de magia fuera de la cabaña.

Luego entró alguien dando traspié en el local, alguien a quien Ronald Wesley jamás esperó ver, estaba sudado, olía a alcohol, apuntaba con su varita en todas direcciones y parecía medio perdido.

Pero lo que más lo desconcertaba, era su uniforme... Vestía con el uniforme del Ministerio, el uniforme de aurores... ¿Acaso era él quien lo estaba custodiando?... Si era así, ahora entendía la ineptitud no sólo de la persona si no de la situación... Incluso el mismo Gregory se sorprendió de verlo y no pudo evitar pronunciar cuando se acercó a él para tenerlo frente a frente.

-¡¿Mundungus Fletcher?!

Gregory era como medio metro más alto que el mencionado, Mundungus lo miró y dio un paso hacia atrás completamente intimidado.

-¿Eres un auror? - Se atrevió a preguntar Ron, Mundungus sólo alcanzó a asentir, aún se veía asustado y confundido al ver a aquel sujeto en el suelo.

Aunque sabía que la respuesta iba a ser un sí, aquello no impidió que Ron frunciera aún más el ceño... No entendía como alguien como Mundungus Fletcher podía llegar a convertirse en auror... ¿Tanto habían bajado los estándares de calidad en el Ministerio?

-Sólo no le digas a Blaise o me matará - alcanzó a decir Mundungus mientras apuntaba con su varita al sujeto en piso, le daba la vuelta, le ataba las manos y le quitaba la varita.

Ron respondió incomodamente a las preguntas de Mundungus, sabía que eran obligatorias... Si sabía quien era, donde lo conocía, por que lo buscaba y ese tipo de cosas.

-No salgas del pueblo - le advirtió Mundungus con el tono más serio que su roja cara debido al alcohol le permitió.

-Ya sé.

Mundungus desapareció junto al sujeto y luego de eso, todo fue silencio... Goyle ya estaba reparando con su varita la cristalería que fue dañada durante el combate y Seamus se asomó por fin.

-¿Estás bien Ron? - Le preguntó al pelirrojo al acercarse a él.

-Sí, pero creo que será mejor si no regreso más por un tiempo, alguien... Está... Está buscándome y no quiero ponerte en peligro y a tu local tampoco.

-No seas absurdo Ron, somos amigos desde el primer curso... No te voy a decir que te vayas... Y si estás en peligro, te apoyaremos.

-¿Tú y quiénes? - Preguntó Ron confundido.

-Pues para empezar yo... ¿Y qué no se lo has dicho a Harry todavía?

-No e tenido tiempo.

-Además... También puedes agregar a Goyle - dijo Seamus con una sonrisa pícara de repente - Se nota que también está dispuesto a defenderte, fue muy osado y valiente al acercarse a ese loco que sólo atacaba a matar... Que lindo tener a alguien que no le importa ponerse en peligro para defenderte de esa forma.

En ese momento, Gregory se acercaba a ellos y Ron se le quedó viendo por un instante... Gregory era muy alto, seguía teniendo ese andar torpe, pero... Ya no se veía tosco o estúpido... Ahora se veía lindo.

-Sí... Tienes razón... Es lindo - pronunció Ron más para si mismo que para Seamus, aunque no estaba seguro de si se refería a tenerlo cerca, su forma de caminar o de protegerlo... le daba miedo incluso pensar, que pudieran ser las tres juntas.

El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora