Singularidad B+: El Imperio de los Lobos (Capítulo 9)

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Jalter estaba frustrada.

Enfadada.

IRACUNDA.

FURIOSA.

Y claramente no tenía nada que ver que no podía estar luchando junto a Issei en esos momentos! Ese idiota mujeriego podía quedarse en el frente coqueteando con la estúpida samurai enferma por todo lo que a ella le importaba!

Cuando un soldado intentó atacar a la enfurecida Servant, una oleada de flamas brotó del cuerpo de ésta con tal potencia que ni siquiera las cenizas del hombre quedaron en su lugar.

"NO VES QUE ESTOY TENIENDO UNA CHARLA INTERNA AQUÍ?!"
La servant de clase Avenger gritó con todas sus fuerzas al soldado ya muerto, aunque la potencia de su voz reverberó con tal volumen en el campo de batalla que todos los soldados en decenas de metros a su alrededor retrocedieron nerviosos.

En que estaba Jalter?

Oh, sí!

Ese estúpido Issei, su tonto e idiota Master que prefería estar junto a esa samurai enferma y la pechugona de poca ropa antes que con ella.

Otro grito enfurecido retumbó por el amplio campo de batalla cuando las flamas explotaron en todas direcciones como un potente géiser de poder bruto que destrozó el suelo en decenas de metros alrededor de la mujer, las flamas expandiéndose como una ola de muerte que destrozó a todos los hombres con quienes entró en contacto mientras que se expandía.

En otro punto del campo de batalla, Shyvanna dejó salir todos sus instintos animales, disfrutando de liberarse al completo por primera vez en mucho tiempo.

Las flamas brotaron de entre sus dientes como una avalancha de muerte y destrucción pura que aniquiló completamente a todos los soldados a quienes golpeó, dejando sólo cadáveres calcinados, cuyos huesos habían terminado fundidos con el hierro derretido de sus armaduras.

Su cola se balanceó en un arco amplio, barriendo con un mar de soldados y destrozándolos completamente.

Sintió un leve pinchazo en una de sus piernas, como si algo hubiese intentado golpearla. Ni siquiera dedicó una mirada al soldado responsable, limitándose a alzar su pie para luego bajarlo, aplastándolo bajo su masivo peso.

Shyvanna rugió con satisfacción al contemplar a los soldados que la rodeaban retroceder aterrados de ella.

No los dejaría escapar.

Moviéndose con una destreza y velocidad completamente antinaturales para una criatura de su masivo tamaño, Shyvanna se deslizó por el aire, estampando su cuerpo contra los soldados y aplastándolos bajo su peso y con el impacto, antes de revolcarse por el suelo, girando como una máquina apisonadora que destrozó a los soldados, aplastando sus cuerpos dentro de sus propias armaduras y creando grandes charcos de sangre.

Shyvanna rugió feliz, dejando escapar más flamas sobre los soldados mientras que se deslizaba entre ellos, aplastándolos bajo sus garras o bajo la pura potencia del peso de su cuerpo.

Ling contempló el campo de batalla desde la muralla de la ciudad romana, permaneciendo sentada en el borde de la misma.

Contempló como sus dragones se deslizaban entre las tropas enemigas, devorando a los soldados, aplastando sus armas, destrozando sus armaduras.

No tenía demasiado que hacer tras invocar a sus dragones, por lo que decidió contemplar el combate. Era consciente de que su Master no tenía las reservas de energía mágica para soportar a seis servants liberando sus Noble Phantasms más poderosos, y viendo que Shyvanna y Jalter estaban empezando a abusar de la liberación de sus habilidades a plena potencia, no quería sumar otra carga más a la lista.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora