Dentro del bosque de filos de motosierra con los dientes rugiendo fuertemente mientras cortaban carne y acero a partes iguales, varios pequeños pétalos carmesí se balanceaban lentamente por el aire.
Sekine estuvo confundida al inicio, viendo la escena desde el cielo. Contemplando los heridos cuerpos de Kal'tsit y Mash, viendo a Blaze en el centro de la destrucción, y al gigante que era Espartaco con su cuerpo tratando de sanar las heridas mientras que las motosierras giraban y creaban más incluso antes de que pudiera sanarlas.
"Master! Llegué a tiempo?!"
Escuchó entonces una voz inmediatamente a su lado y cuando movió su mirada, sus ojos se encontraron con un par de ojos plateados que la miraban llenos de preocupación."Ruby?!"
Confundida, no pudo evitar hacer aquella pregunta. La pequeña Lancer con su vestido negro y su larga capa rojiza se encontraba en el aire con ella, uno de sus brazos envuelto alrededor del cuerpo de Sekine mientras que su otra mano se aferraba a su guadaña."Entonces los Servants que faltaban estaban en la ciudad. Es bueno saberlo."
Antes de que ninguna de ambas pudiese hablar una vez más, escucharon las palabras del Doctor. El Servant enmascarado seguía sin moverse de su lugar, aunque su mirada ahora estaba fija en las dos jóvenes en el aire.Ruby abrió ampliamente los ojos cuando vio la oleada de proyectiles mágicos que salieron disparados en su contra y su cuerpo se deshizo en un borrón de pétalos al descender junto a su Master una vez más, bajando ambas en el borde del bosque de motosierras.
Finalmente, todas las motosierras se dispersaron cuando Blaze arrancó la suya del suelo. Después de que lo hizo, Mash y Kal'tsit cayeron al suelo casi al mismo tiempo, como muñecos de trapo cuyos hilos habían sido rebanados.
Mash consiguió tomar su escudo para no terminar de caer, quedando únicamente de rodillas.
Sin embargo, Kal'tsit había quedado en un estado pésimo. Sus extremidades habían quedado destrozadas, de forma similar a sus órganos internos, y no podía tener un agarre firme sobre su arma. Gruñendo, la Servant estaba envuelta por un aura verdosa, pero sus heridas sanaban de forma extremadamente lenta.
Espartaco, por otro lado, ya había sanado completamente. Su cuerpo incluso pareció crecer de tamaño, y su risa retumbaba más llena de vida que nunca por todo el campo de batalla.
En la otra punta del mismo, Nearl finalmente había empezado a tener problemas. Uno de sus brazos había desaparecido, rebanado por el Noble Phantasm de Ushiwakamaru que apenas pudo esquivar. También algunos cortes habían empezado a aparecer a lo largo de su cuerpo, cortesía de tanto la propia Ushiwakamaru como las Mantis Lords.
Actualmente, la mujer se encontraba frunciendo el seño mientras que se aferraba a su arma. Tanto sus oponentes como ella se habían tomado un instante para detenerse del intercambio de ataques. Las Servants frente a ella no estaban realmente en mejor condición. Una de las Mantis Lords tenía su máscara rota, otra había perdido su arma, y la tercera tenía varias marcas de quemaduras a lo largo de su cuerpo. Ushiwakamaru, por otro lado, sólo tenía algunos moretones resultado de su combate anterior, pero no había recibido aún ninguna herida de Nearl.
"No vas a usar esa técnica de antes de nuevo?"
Eventualmente, Nearl fue la primera en interrumpir el silencio que reinaba entre ella y sus oponentes.Ante su pregunta, Ushiwakamaru apretó los labios. Era consciente de las reservas de energía mágica de su Master, por ello prefería no usar su Noble Phantasm si podía evitarlo. Sobre todo ahora que había notado que Ruby también se había unido al combate.
"Entiendo. Demasiado desgaste mágico. Debe ser un problema tener un límite en la energía que puedes usar."
Asintiendo al llegar a una conclusión rápida de porqué sus enemigas no abusaban de sus habilidades más poderosas contra ella, Nearl habló tranquilamente mientras que alzaba su lanza. Pese a usarla con un solo brazo, parecía sostenerla sin problema alguno.
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Fate Grand Order: Dragon x Servants
FanfictionIssei luchó contra Raiser en la dimensión de bolsillo lo mejor que pudo. Casi lo derrotó! Sólo le faltaba el último golpe! Lamentablemente, la suerte no estaba de su lado. La dimensión de bolsillo colapsó antes de que Issei consiguiese la victoria...