Singularidad B+: El Imperio de los Lobos (Capítulo 37)

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Mientras que Nero sonreía por su victoria, giró su cuerpo para ver a los demás presentes. Hizo un conteo de quienes la acompañaban, viendo que tanto Lu Bu como Xenovia y Shyvanna parecían estar en condiciones de pelear. La Berserker draconida estaba algo herida, con algunas abolladuras en su armadura, pero no parecía notablemente herida mientras que se acercaba a ellos desde el cráter que creó cuando el Primogénito de Roma la arrojó.

Kagetora tampoco parecía herida, estando casi intacta de hecho y con una notable sonrisa en su rostro. Las Mantis Lords no estaban por ningún lado, probablemente habiendo pasado a forma espiritual para poder recuperarse de sus heridas estando fuera de combate.

"Umu! Una victoria clara! Ahora, debemos seguir buscando a nuestro próximo enemigo!"
La emperador de roma exclamó mientras que alzaba su espada, apuntando en dirección de una de las varias murallas de hielo que los separaban del resto de sus compañeros.

Tras unos segundos de silencio en la que ella permaneció de pie, airosa y apuntando con una sonrisa, fue finalmente Xenovia quien decidió romper el silencio.

"Y como vamos a ir?"
Preguntó con curiosidad, sólo para que todos escuchasen una explosión detrás suya.

"HOOOOOOOOOOLAAAAAAAA!"
Escucharon un alegre grito, y cuando todos se giraron, vieron que en la pared de hielo contraria a la señalada por Nero, la figura de Yang había abierto un notable hueco. Suficiente para que varias personas pudiesen cruzar.

"De esa misma forma! Umu!"
Exclamó la emperador a modo de respuesta, asintiendo aprobatoriamente ante las acciones de la Berserker.

Mientras que Yang, Ruby, Irina, Ushiwakamaru, Mash y Sekine entraban, Shyvanna se dirigió hacia la pared que Nero había señalado. Detrás de ella avanzaba una alegre Kagetora, quien sonreía expectante de ir al próximo campo de batalla.

Viendo a Irina, Xenovia sonrió mientras que sacaba la sangre congelada de su rostro, aunque la joven exorcista no pudo evitar gritar preocupada al ver el estado de su amiga.

"Xen! Que pasó?!"
Gritó de forma nerviosa, acercándose a su amiga tan rápido como pudo.

"Nada, un tipo gigante casi me mata con su lanza. Pero, como podes ver, sigo de pie!"
La exorcista exclamó mientras que alzaba su espada, la Durandal brillando con ligereza en mitad de la tormenta que azotaba fuertemente el campo de batalla.

"Uh..."
Antes de que Irina pudiera comentar al respecto, una fuerte explosión se sintió en todo el campo de batalla.

"Vamos! A por nuestro siguiente oponente!"
Se escuchó el fuerte grito de Kagetora, quien ya se encontraba corriendo por el túnel que Shyvanna acababa de crear. La Berserker no tardó en avanzar detrás de ella, no tan rápido como lo había hecho la propia Lancer.

"Parece que tenemos paso hacia la siguiente batalla, te espero ahí!"
Emocionada por poder retomar el combate, Xenovia no tardó en salir disparada a través de la tormenta. Se movió corriendo a toda velocidad, dejando atrás a su amiga mientras que se abalanzaba hacia el siguiente campo de batalla que la esperaba al otro lado del hueco que Shyvanna había formado.

"Señorita Nero, si hay algún herido, Kal'tsit creó una zona segura donde tratar sus heridas."
Mientras que las Servants de Issei y la exorcista de cabello azulado se retiraban por el hueco que la Berserker creó, Sekine se acercó a la emperador de Roma avisando lo que su Servant había creado.

"Umu! Eso es bueno! Las gobernantes de las mantis resultaron heridas en nuestro último combate."
Exclamó ella, sonriendo alegremente por la noticia.

"Un campo para sanar heridos en mitad de una zona de batalla, es una idea bastante extraña. Sobre todo con una tormenta tan bruta azotándolos. Pero, de forma similar a como Esdeath puede convocar ésta tormenta, supongo que ustedes también tienen sus formas de evitarla."
Una voz tranquila, pero desconocida para todos, recorrió repentinamente el lugar.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora