DxD: Un Breve Interludio en Otro Mundo

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Issei se encontraba en esos momentos sentado de piernas cruzadas a las sombras de un árbol. Su espalda reposando en el tronco del mismo mientras que contemplaba las garras que cubrían sus manos. El metal rojizo de las escamas y las garras doradas parecieron brillar suavemente ante la luz del sol, la forma de sus dos guanteletes siendo mucho más compacta y pegada a su piel en su Dual Dragon Claw.

[En que piensas socio?]

Escuchó la voz de Draig hablándole con curiosidad, el dragón manifestando su presencia e interés una vez más.

"El origen del aumento de poder que da la Boosted Gear es la energía draconida que viene de vos, no?"
Issei habló con curiosidad, moviendo lentamente sus dedos. Sintió la energía que imbuía sus músculos y cómo ésta hacía que los mismos casi ardiesen debajo de su piel. Era una sensación extrañamente satisfactoria y que le producía cierta comodidad.

[Así es]

"Entonces... Será posible usar mis circuitos mágicos para convertirla en energía mágica? Eso podría permitirme usar Dual Dragon Claw incluso mientras mantengo a múltiples Servants poderosos en el campo."
Ante las palabras del joven, el dragón en su interior emitió un gruñido pensativo, como si considerase sus palabras.

[Intenta hablar con la supuesta genio esa, seguramente se interese en esta idea tuya]

"Que sepas que soy toda una Genio Universal! Respeta mi título, señor Dragón Celestial."
El tono de Da Vinci se hizo escuchar repentinamente en respuesta a las palabras de Draig, una pantalla azul manifestándose frente al Master de cabello oscuro.

"Oh, ahí estás. Estabas escuchando?"
Issei preguntó, mostrando una expresión más divertida. Apoyando sus manos en el suelo, empujó su cuerpo para ponerse de pie mientras hablaba.

"Así es, y me gustó tu idea. Entonces, quieres ayuda para entender los circuitos mágicos y su uso, no?"
Ante la pregunta de la Servant, Issei asintió mientras sonreía.

"Perfecto! Tienes a la persona indicada entonces! Deja la explicación en mis manos!"
Exclamó alegremente la mujer, dispuesta a empezar su explicación.

Mientras esto ocurría, en un tiempo previo y una dimensión lejana.

Dos personas bajaron de un autobús, sus figuras cubiertas por una capa blanca que escondía sus cuerpos. Ambas contemplaron una ciudad pequeña, misma a la que acababan de llegar, y el bosque que la envolvía.

"Entonces, ésta es la ciudad donde naciste Irina?"
Preguntó una de las dos figuras mientras que empezaba a caminar.

"Así es. Espero que Ise-kun se encuentre bien, pasaron años desde la última vez que hablamos!"
Su acompañante habló con un tono mucho más alegre y enérgico, su sonrisa era casi palpable en su voz mientras que caminaba para alcanzar a la primer figura.

Ambas empezaron a caminar una junto a la otra por las calles de la ciudad con un objetivo claro. La Academia Kuo, donde debían reunirse con las demonios a cargo del lugar para evitar malos entendidos políticos.

Al llegar a dicha institución, las dos jóvenes encapuchadas se disponían a adentrarse en ellas cuando repentinamente una se quedó paralizada. Tras avanzar un par de pasos, la segunda se detuvo y miró por encima de su hombro a su compañera.

"Irina?"
Preguntó con curiosidad, sólo para notar que su rostro apuntaba en una dirección específica. Siguiendo su mirada, pudo ver algo en la entrada de la academia. Parecía un pequeño altar, hecho honrar a una persona para una persona. Aunque parecía que éste era más una burla que una honra. El altar estaba destrozado, manchado de restos de comida y bebida que se le tiraron sin cuidado alguno, casi como si se usara a modo de basurero. Una foto con el vidrio y marco rotos de un adolescente de cabello castaño y ojos ámbar se encontraba en la parte superior del altar, y dos jóvenes estaban tratando de limpiarlo. Uno tenía el cabello negro y un par de lentes, y el otro estaba pelado.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora