Fate Grand Order: Dragon x Servants

Singularidad C+: La Guerra de 100 Años del Dragón Enloquecido (Capítulo 16)

"Hm hm, entonces, eso es lo que saben de la situación actual de Francia?"

La joven servant de cabello grisáceo, quien se presentó a sí misma como Maria Antoniette, realizó aquella pregunta mientras que asentía lentamente ante las palabras de Roman. El hombre en el holograma suspiró después de explicar la situación al grupo de Servants, cansado por todo lo que tuvo que hablar.

"Así es. Actualmente pensamos ir a atacar Orleans, que es donde descubrimos que se ubica la base principal del enemigo."
Issei fue el siguiente en hablar, explicando que planeaban hacer en esos momentos. Los tres servants que estaban en la ciudad escucharon en silencio sus palabras, antes de intercambiar miradas entre ellos. Realmente no había mucho espacio a discusión si uno lo pensaba.

"Si no hacemos nada, Francia será destruida."
Maria fue la primera en hablar, y ante sus palabras Mozart, el único hombre del trío, suspiró mientras que negaba con la cabeza.

"De lo que nos dijeron, no sólo Francia, sino que toda la humanidad será destruida su Alteza."
El hombre corregiría a la joven, ganándose una mirada carente de sorpresa alguna de parte de la servant de clase Rider, la cuál no tardó en simplemente poner los ojos en blanco mientras que negaba con la cabeza.

"Sabes a lo que me refiero!"
La joven rider exclamaría en respuesta a las palabras del hombre, quien se limitaría a sonreír levemente mientras que alzaba las manos, de forma aparentemente inocente.

Viendo la escena, tanto Issei como Sekine intercambiaron miradas entre sí, ofreciendo una sonrisa incómoda al otro, antes de mirar una vez más al trío de Servants.

"Entonces..."
Sekine iba a preguntar aquello, con ciertas dudas en su voz, sólo para recibir una sonrisa de parte de Maria, quien dejó de discutir con Mozart.

"Claro que los ayudaremos! Cuando salimos?"
La servant respondió alegremente a la pregunta no formulada por la Master, quien dirigió una insegura mirada a Issei y los demás servants detrás de ambos, sin saber que responder.

"Diría que descansemos aquí ésta noche y mañana partamos hacia Orleans. No servirá de nada viajar ahora con lo cansados que estamos."
Afortunadamente para Sekine, Issei alzó la voz y tomó la palabra, dando una respuesta a la pregunta de la rider, quien asintió ante sus palabras.

"Perfecto, entonces vengan, les mostraré un par de casas vacías donde se podrán quedar."
Antes de que Maria pudiese hablar, Mozart alzó la voz, interrumpiendo a la reina, quien parecía querer seguir charlando en ese mismo punto en la puerta. En silencio, Sekine, Issei y Mash agradecieron el gesto.

Con un pesado suspiro, Issei se dejó caer en la cama que le tocó. Era pequeña, y el relleno de paja era un poco incómodo, pero era bastante mejor que estar simplemente tirado en el piso como había sido durante los últimos días.

Entonces, escuchó un suave golpe en la puerta de su habitación. Levantándose, el joven se sentó en la cama y dirigió una curiosa mirada hacia la puerta.

"Pasa algo?"
Issei preguntó, curioso de saber quien quería hablar con él.

"Puedo pasar? Me gustaría hablar."
Escuchando la voz de Mash al otro lado de la puerta, Issei permaneció en silencio por unos segundos, ahora con la pregunta de que querría la demi-servant con el a esas horas de la noche. No creía que ella tuviese un compromiso del que pudiese liberarse perdiendo la virginidad, así que no tenía ni la más mínima idea.

"Eh... Claro, adelante..."
Con cierta inseguridad notable en su voz, el joven adolescente de cabello negruzco alzó la voz, mientras que se ponía de pie. Buscando una silla cercana que estaba puesta contra un escritorio, movió la misma para dejarla frente a la cama mientras la puerta se abría.