Singularidad C+: La Guerra de 100 Años del Dragón Enloquecido (Capítulo 22)

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"Tu... Conoces a senpai...?"

Da Vinci escuchó las palabras de la pequeña de corto cabello blanquecino. Una examinación rápida a la niña le confirmó que debería estar rondando la adolescencia, probablemente fuese uno o dos años menor que Mash.

La forma en que se refirió a Issei fue también bastante reveladora, confirmó que el joven efectivamente pertenecía a Japón, o a un equivalente de esa otra dimensión de la que venía, o al menos estudiaba allí, pero por su actitud general decidió que efectivamente vivía allí y fue criado allí.

Asintiendo para sí misma más que para responder, la servant de clase Caster dejó que su sonrisa se mantuviese mientras que mantenía su mirada en la pequeña que parecía casi desesperada.

"Lo conozco, estuvimos hablando bastante en las últimas semanas... Bueno, antes de que se fuese a su primera misión de campo, pero ese tema es información clasificada que no estoy segura de poder darles sin permiso de la directora."
Da Vinci respondió a las palabras de la pequeña cuyo nombre desconocía, hablando con un tono amigable. Aunque ninguno de los presentes estaba en guardia, ella ya sabía que la gran mayoría no eran humanos, e incluso el único humano entre ellos parecía estar a un nivel cercano a un Servant, por lo que no era seguro arriesgarse a una confrontación directa.

Entonces, ocurrió algo que Da Vinci no se esperaba. La pequeña de cabello pálido se movió casi en un borrón de velocidad, doblando ligeramente el suelo de metal y apareciendo frente a ella en un instante, aunque lejos de atacarla como creyó inicialmente, se escondió rápidamente detrás suya. Pudo sentir también que la olfateaba de cerca, y al ver sobre su hombro, pudo ver cómo asentía, antes de esconder su rostro contra su ropa.

Da Vinci no dijo nada, pero dirigió su mirada ahora hacia los otros cuatro miembros del grupo, y eso le ayudó a responder la pregunta. Pudo ver que la otra única miembro femenino del grupo estaba mirando la escena con cierta pena en su expresión, y sus orejas de gato ligeramente decaídas, aunque apenas duró un instante, y no tardó en poner sus ojos en blanco mientras que negaba con aparente molestia. El único humano no escondió que la situación le daba pena, mirando la forma en que la chica se alejó mientras que negaba con la cabeza, en una mezcla de decepción y tristeza. El joven de rasgos orientales, que llevaba una armadura que parecía de origen chino y un bastón consigo, no parecía muy sorprendido ni afectado por la interacción, como el que parecía el líder del grupo, el cuál ni siquiera prestó atención a esto, con su mirada fija en ella con notable curiosidad.

Da Vinci permaneció unos segundos en silencio, habiendo notado que la pequeña de cabello blanco no quería estar cerca de la otra mujer del grupo, y ahora que había confirmado que ella precisamente había estado con Issei, la había considerado de suficiente confianza como para actuar como una especie de refugio. Supuso que era un plus a toda la información que obtuvo de Issei, el que ahora ésta chica la considerase de cierta confianza, aunque habría que ver cuánto llegaría a confiar en ella.

Sin embargo, una conversación no podía hacerse puramente de silencios, y antes de que la autoproclamada genio universal pudiese decir nada, fue el aparente líder del grupo quien habló.

"Dices que el sekiryuutei se encuentra en una misión de campo? Puedes decirnos que está haciendo precisamente o eso también es información clasificada?"
El joven de cabello grisáceo habló con un tono curioso, mantenía sus manos dentro de sus bolsillos y su lenguaje corporal indicaba en general que estaba bastante desinteresado en el tema, aunque viendo que fue el primero en hablar, Da Vinci supuso que tan desinteresado realmente no estaría.

"Oh, creo que deberías poder suponer lo que está haciendo con la información que ya les di, protegemos la historia humana, así que si está en una misión de campo, no hay muchas cosas que pueda estar haciendo. Sin embargo, y viendo que llegaron aquí, puedo suponer entonces que vienen a buscarlo, no es así?"
Da Vinci habló con un tono tranquilo. Mantuvo una sonrisa confiada mientras que hablaba, moviendo su mirada hacia la única persona presente que se dirigió a Issei como un conocido y que parecía confiar en aquellos cercanos a él, al menos hasta cierto punto. Los ojos azules y dorados se encontraron por unos segundos, antes de que la joven de cabello blanquecino asintiese lentamente ante sus palabras.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora