Singularidad C+: La Guerra de Cien Años del Dragón Enloquecido (Prólogo)

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Caminando con pasos rápidos, el hombre de cabello negruzco y desprolijo bajó rápidamente por el cristal que actuaba como rampa. Sus pasos retumbaron por toda la cueva mientras que se dirigía hacia las profundidades del lugar. Gigantescas mariposas, robustos golems y grandes hombres reptilianos, todos se hacían a un lado a su paso mientras que su mirada enloquecida y llena de rabia se clavaba en ellos.

Finalmente, una gran sombra se irguió sobre el hombre notablemente enloquecido, contemplándolo con desinterés mientras que él se aferraba a un libro que portaba consigo. Los enloquecidos ojos del hombre se posaron en la sombra, y el hombre devolvió la mirada al abismo que lo contemplaba.

"TU! QUE LE HICISTE A MI QUERIDA JEANNE?! QUE LE HICISTE A MI PERFECTA JEANNE?! QUIEN TE CREES QUE ERES PARA MANCHARLA DE ESA FORMA?! COMO TE ATREVES?!"
La voz del hombre retumbó con rabia por toda la cueva cristalina. Su saliva brotó con sus palabras, manchando el suelo, mientras que sus ojos inyectados en sangre permanecían fijos en la sombra frente a él.

"... Mortal insolente. Mi Master desea venganza. Comprendo su deseo y lo cumpliré en su lugar. Pero no puedo permitir que ella perezca, pues significaría mi propia muerte. Ahora vuelve a los pies de la mujer cuya suela buscas besar como el perro que eres y cuídala. Tal vez no sirvas como Espíritu Heroico, pero como perro guardián deberías poder hacer un trabajo decente."
Una voz masculina retumbó por toda la cueva de cristal con gravedad. La sombra se erguía colosal sobre el insolente hombre que la miraba con rabia, y aquellas fueron las palabras que formaron su declaración en respuesta.

Cuando la sombra pareció girarse para retirarse, el hombre abrió su libro mientras que un grito de ira y rabia pura brotó de sus labios.

Un segundo después, la sangre manchó los cristales azulados.

Un relámpago cayó del cielo, golpeando la espalda de la mariposa de gran tamaño que recorría la parte superior del amplio y verdoso bosque. Con el sol bañando el lugar y sin ni una sola nube en los cielos de la zona, el relámpago dorado fue visible y el trueno que retumbó por su caída llamó la atención de todos los seres vivos a decenas de kilómetros en las cercanías.

Los pájaros volaron y los animales corrieron o se arrastraron por el suelo en busca de alejarse de la zona de impacto, sin embargo, alguien tuvo otra opinión respecto a eso.

"... Que habrá sido ese relámpago? Otro servant tal vez...? Espero que pueda entender mejor que yo el porqué estamos aquí si es así..."
Una voz femenina resonó entre los árboles del bosque, mientras que una silueta que vestía una capa con capucha de color carmesí permanecía de pie entre los cuerpos muertos de tres hombres cuyas cabezas parecían cabezas de serpientes y que poseían alargados cuellos. Sangre negruzca manchaba el suelo, y el filo de una guadaña.

Cuando la silueta se dispersó en un borrón de velocidad en dirección de la zona donde el relámpago dorado retumbó con la potencia del rugido de un león, un rastro de pétalos de rosa fue dejado a su paso, con los mismos revoloteando y sacudiéndose en el aire antes de caer lentamente hacia el suelo.

En medio de una pradera, el suave sonido de la música de una arpa inundaba el lugar. Al ritmo de aquella suave música, la cabeza de una joven cuyo largo cabello grisáceo se encontraba atado en dos coletas se movía con ligereza, mientras que a su lado un hombre alto y delgado, de largo cabello rubio, sonreía con suavidad al escuchar la música.

"Oh! Tienes un don admirable con ese curioso instrumento jovencita! Mereces sin dudas tu puesto como Espíritu Heroico si tu magia llega a estar mínimamente cerca del nivel de tus canciones!"
Al finalizar la canción, el hombre declararía aquello con un tono orgulloso y una sonrisa amplia en su rostro.

La mujer de largo cabello azulado enfrente suya sonreiría de forma tímida, mientras que asentía lentamente ante sus palabras en señal de agradecimiento.

Viendo la pantalla ante sus ojos, el doctor Roman permanecería en silencio por varios segundos, antes de tragar saliva nerviosamente.

"... Encontramos la primera..."
El hombre de cabello anaranjado declararía con un tono ligeramente nervioso, mientras que veía un punto rojo brillando sobre Francia, con el año 1.431d.C. marcado al lado.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora