Fate Grand Order: Dragon x Servants

Singularidad B+: El Imperio de los Lobos (Capítulo 34)

Sin mostrar preocupación alguna por el frío de la gélida tormenta que cubría el campo de batalla, el monstruo que era Romulo se abalanzó en una carrera frontal. Con un gruñido de enojo fue Lu Bu quien respondió con la misma cortesía, abalanzándose hacia adelante y balanceando su lanza en un tajo brutal que chocó con el arma del Lancer enemigo.

El golpe del Servant potenciado por el grial y por el terreno que vio nacer su leyenda chocó con el del Berserker cuya rabia y voluntad de luchar lo mantenían de pie en la más precaria de las situaciones. La onda expansiva generada por el impacto creó un pequeño cráter en la tierra y empujó incluso a la misma tormenta, causando que los fuertes vientos de la misma se desviasen y la nieve saliera volando en todas direcciones.

Sin embargo, el Berserker no fue capaz de terminar de igualar al Lancer que se encontraba en su hogar, y su brazo terminó siendo empujado y cediendo al asalto.

Pero ese pequeño instante que Romulo se centró en Lu Bu fue suficiente, Shyvanna apareció a un lado suyo con su cuerpo cubierto en llamas. Unas llamas tan intensas que la nieve en varios metros a su alrededor se convertía en vapor directamente, e incluso el propio cuerpo del Lancer empezó a sudar en su presencia.

Cuando una de las garras de la segunda Berserker se disparó para intentar golpearlo, la lanza del Servant romano se extendió como si fuese un conjunto de ramas, bloqueando e interceptando el golpe. Sin embargo, la masiva potencia del mismo todavía causó que retrocediera un paso torpemente.

Las Mantis Lords no tardaron en aparecer, una cayendo desde el cielo mientras que las otras dos se abalanzaban desde un costado y detrás. Lu Bu, habiéndose recuperado, se abalanzó con otro tajo frontal.

Romulo respondió tirando de su lanza mientras que giraba de su eje. Empujando a Shyvanna cuyo brazo se había atrapado entre las ramas de su arma, hizo que la híbrido de dragón y humana perdiera el equilibrio y la forzó a quedar en el camino del ataque del primer Berserker. A su vez acompañó el giro con uno de su arma mientras alzaba su propio brazo, empujando la lanza de una de las Mantis Lords mientras que tomaba la de la segunda, tirando de ella para hacer que chocase con la tercera.

El suelo debajo de la Mantis Lord aplastada explotó y generó una nube de polvo y tierra, mientras que el filo de aquella cuyo ataque fue desviado sólo pudo rasgar superficialmente una de las piernas del masivo hombre. Lu Bu no consiguió reconocer a Shyvanna a tiempo, impactando su lanza contra su cuerpo con todas sus fuerzas y aplastando a la segunda Berserker contra el suelo con un potente crujido.

Alejándose del grupo de Servants con una amplia zancada hacia atrás, el primer emperador escuchó un chispazo cerca suya.

Cuando su mirada bajó, rápidamente se vio obligado a inclinar su rostro a un lado mientras que una lanza envuelta en relámpagos se alzaba y rasgaba con ligereza una de sus mejillas. Sintió la estática del golpe recorrer su cuerpo, pero era un daño mínimo que podía aguantar.

"Oh! Lo esquivaste! Eres bueno!"
Kagetora gritó con alegría mientras que tiraba de su lanza. Fluyendo en su movimiento, sostuvo la misma con ambas manos mientras que saltaba y giraba sobre su propio eje.

Romulo volvió a hacer uso de su lanza para bloquear el tajo descendente de la Lancer japonesa, consiguiendo bloquear el golpe.

Entonces sintió el calor del chispear de una llama y tiró de su lanza nuevamente. Empujando la misma, forzó a Kagetora a caer al suelo mientras que la espada envuelta en llamas de Nero chocaba contra su arma. Pero, aún con el golpe bloqueado, la emperadora de Roma estaba sonriendo.

Los instintos de peligro gritaron en la mente de Romulo, y cuando escuchó el viento siendo cortado por un filo rápidamente se movió. Manteniendo su lanza en el suelo para inmovilizar a Nero, arqueó su cuerpo y contempló un filo azul y dorado que se abalanzaba contra él. Apretando los dientes, el emperador empujó su brazo libre para atrapar el mismo entre sus dedos.