Fate Grand Order: Dragon x Servants

Singularidad B+: El Imperio de los Lobos (Capítulo 8)

Dolor. Sólo eso podía sentir.

Su cuerpo se sentía débil. O... Tan débil...

Sentía frío, tanto, tanto frío.

Quería descansar. Se había esforzado, había dado todo de sí misma en batalla.

Sin embargo, no podía hacerlo.

Su hermana corría peligro.

Apretó los dientes mientras que forzó a su brazo restante a moverse.

Escuchaba los sonidos de combate en la distancia.

Debía ayudar.

Y ayudaría.

Su hermana era su archienemigo destinado, después de todo.

Sería muy anticlimático que muriese antes de su enfrentamiento final.

Una de las garras del monstruo de rocas se deslizó en el aire a una velocidad masiva, sin embargo, terminó encontrándose con un duro escudo que resistió el impacto. El suelo a los pies de Beagle se destrozó y un cráter en miniatura se generó cuando todos los escombros sobre los que estaba de pie esencialmente se desintegraron por la potencia del impacto. La presión abrió una vez más su herida a medio curar y la sangre brotó de la misma, haciendo que apretase sus dientes con fuerza, antes de sentir el aura verdosa que representaba el trabajo de Hibiscus.

La curandera, por su parte, se encontraba un par de metros detrás suya, con Adnachiel y Malentha a sus lados.

La joven de cabello morado y rasgos felinos se movía con destreza, saltando de un lado a otro alrededor de la curandera, desviando los embates de las Mantis Lords cada vez que éstas cargaban contra ella, y desviando sus lanzas cuando eran arrojadas, centrando toda su atención en frenar la ofensiva del trío de hermanas en un intento de proteger al miembro más importante de su equipo.

Adnachiel, por su parte, ayudaba lo mejor que podía. El joven disparaba con su ballesta hacia las Mantis cuando éstas tomaban aunque sea un segundo de descanso, sin embargo, sólo servía para retrasarlas un instante. Aún así, al menos había evitado que hiriesen a Malentha al evitar que las Mantis Lords la atacasen por la espalda.

Por otro lado, Cardigan era quien peor lo tenía.

Su escudo se movió rápidamente, bloqueando una vez más la alabarda del berserker, destrozando el suelo a sus pies, aunque no pudo romper su defensa pese a la potencia del ataque. Sin embargo, el mismo la dejó vulnerable cuando repentinamente sintió la sensación de un ataque aproximándose. La joven de rasgos caninos apenas consiguió empujar a un lado su cuerpo, cuando una daga rozó su cuello con su filo, creando un fino corte en su superficie.

Saltando hacia atrás mientras que dejaba que el berserker destrozase el suelo en su posición anterior, Cardigan giró en el aire, fortaleciendo su agarre sobre su escudo, a tiempo para frenar una patada cortesía del asesino de cabello celeste, quien había aparecido a su lado en un estallido de velocidad.

Sintió la electricidad recorrer el escudo de metal hasta alcanzar su cuerpo, haciéndola apretar los dientes por la sensación, y levantó una cortina de humo y escombros cuando se estrelló contra el suelo.

Sin embargo, forzó una vez más su magia de curación para mantenerse a sí misma con vida mientras que se levantaba.

Se empujó en un salto, interceptando al berserker en una embestida que lo sacó de balance antes de que pudiese saltar contra sus compañeros.

No sabía que tanto serviría, pero, se negaba a dejarlos morir en plena misión. Sobre todo si podía moverse.

Tras empujar al berserker, sabiendo cómo la atacarían los asesinos, la joven empujó su escudo en un movimiento para bloquear la daga de la assassin que la atacó por detrás...