Singularidad C+: La Guerra de 100 Años del Dragón Enloquecido (Capítulo 19)

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Aquella figura oscura se acercaba corriendo a toda velocidad en su dirección, Gilles veía cómo lo hacía mientras que fortalecía el agarre sobre su espada. Estaba furioso por dentro, se le había quitado la oportunidad de luchar una vez más junto a su amada santa, pero sabía que Jeanne aceptaría que él se quedase atrás para defender a alguien. No lo hacía sentir mucho mejor, pero hacía que tener que pelear lejos de ella fuese soportable.

El servant de clase Saber avanzó un par de pasos mientras que movía su arma, preparando la misma en una guardia alzada. Notó movimiento a su lado, y pudo ver a la mujer dragón de cabello verdoso, quien había avanzado hasta llegar a su lado con su abanico cubierto de flamas.

"También te enfurece no poder luchar junto a tu amado?"
El hombre preguntó mientras devolvía su mirada hacia la sombra que cargaba en su dirección. El servant no mostraba señales de cansancio ni de desacelerar su paso mientras avanzaba a toda velocidad hacia ellos.

"Claramente. Otto-kun debería haberme dejado ir a su lado... Pero me encargó proteger a alguien importante para el, y a una posible miembro de su harem, así que al menos es una tarea digna para dejar pasar que no esté a su lado!"
Kiyohime declaró aquello con un tono firme, asintiendo mientras que una expresión decidida y determinada se mostraba en su rostro. Ante sus palabras, el servant con quien hablaba le dirigió una mirada confundida.

"No te molesta que desee tener más de una pareja...?"
Gilles preguntó, incrédulo de que una persona como Kiyohime no tuviese problema alguno con los deseos del joven master de quien parecía haberse enamorado.

"Para nada, fue honesto con sus deseos y eso es lo importante. Sería diferente si intentase salir con putas a escondidas de mí o si quisiera engañarme, pero fue honesto con sus deseos, y como una buena esposa, debo apoyar a Otto-kun con su sueño."
Cerrando los ojos mientras que hablaba y asentía, como si simplemente dijese las cosas mas obvias del mundo, la berserker respondió a las palabras del saber, quien la miraba sin entender nada de lo que ella decía, sólo pudiendo confundirse más ante su forma de ver las cosas.

"Aparte, Otto-kun ya aceptó que yo siempre seré la primera."
Una amplia sonrisa se mostró en el rostro de la mujer, sonrisa que no tardó en esconder detrás de su abanico, al mismo tiempo que las flamas empezaban a generarse a su alrededor.

"Uh..."
Gilles no pudo responder, cuando escuchó un movimiento cerca suya.

"Llegó, pueden seguir su charla de romance después."
Mash se adelantó, reafirmando el agarre sobre su escudo mientras que su mirada se endurecía y separaba sus piernas, preparando una posición de batalla.

"ARRRRRTHUUUUUUUUURRRRRRRRRR!"
Finalmente, el Servant que corría en su dirección se detuvo con un fuerte pisotón y soltando un iracundo grito. Su cuerpo estaba cubierto por una armadura negruzca, rodeada de una especie de energía oscura que parecía distorsionar el espacio a su alrededor. En una de sus manos se encontraba una espada, más parecida a un cuchillo de carnicero gigante, del tamaño del propio servant. Era parecida a los espadones que usaban los hombres lagarto creados por Seath, pero se encontraba cubierta de una energía oscura y algo que parecían venas de energía carmesí.

"Parece que tiene un par de cuentas pendientes con una de nuestras posibles compañeras de harem, escudera."
Las palabras de Kiyohime repentinamente causaron que todos los presentes se detuviesen en seco. Incluso el berserker de la armadura oscura se detuvo y dirigió su mirada a la joven servant de cabello verdoso.

Por su parte, Mash tropezó con la más absoluta nada en su lugar, teniendo que golpear el suelo con su escudo para evitar caer de cara al mismo.

"Q-que?! De que estás hablando?!"
"Harem?!"
"C-compañera?!"
Con un fuerte sonrojo, Mash gritó lo primero mientras dirigía su mirada hacia la berserker, mientras que Sekine detrás del grupo también gritaba, aparentemente no habiendo escuchado la conversación anterior entre los dos servants enamorados. Sin embargo, lo más destacable fue el grito de Arthuria, quien finalmente reaccionó con un fuerte sonrojo en su rostro.

Fate Grand Order: Dragon x ServantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora