31

2.4K 382 163
                                    

Hoseok miró a Xiumin con una mueca, había pasado un par de semanas desde el incidente y este ya se hallaba de pie, trataba de convencerlo de quedarse más tiempo en la cama, pero era lo bastante inquieto para hacerlo. Le alegraba que estuviera mejor, el brillo en sus ojos no desaparecía, y su sonrisa llegaba a ser más grande todavía. Le sorprendía la forma en la que sus palabras le alentaban, no sabía lo mucho que Xiumin necesitaba apoyo y cariño.

—Ya deja de mirarme así.

—No sé de qué hablas.

—No me puedes retenerme aquí, necesito tomar un poco de aire.

Hoseok se encogió de hombros. —Lo sé, pero, me gustaría que descansarás más, ¿No puedes tomar aire en el balcón?

—No, vamos Hobi, antes me tendrías entrenando a estas alturas.

—Antes, tú lo has dicho—se acercó y tomó su mentón, le levantó el rostro y le dió un casto beso en los labios—. No te esfuerces demasiado, yo estaré recibiendo al general que Ken mando de la frontera.

—Oh ¿Quién es?

—Aun no lo sé—rio por lo bajo—. Tengo en mente tres hombres, no importa mucho, confío al cien por ciento en Ken.

Xiumin asintió. —Te acompaño.

—¿De verdad? —elevó una ceja—. Bueno, si es lo que quieres está bien.

—Gracias—le sonrió.

Ambos salieron de la habitación, aunque no lo tocara, estaba al pendiente de su andar, caminaba bien, lento, pero con fuerza, le había ayudado a vendar bien la herida, lo cual ayudaba al sostén de su cuerpo. Las cosas en ScarLanding estaban marchando bien, después de haber ejecutado a los traidores, los miembros del consejo estaban llevando un perfil bajo, no demostraban inconformidad con Jin, tenían miedo, y eso por el momento estaba bien, sin embargo, debían mantener un ojo en ellos.

SeokJin lo estaba llevando con calma, cauteloso, puso vigilancia extra a los niños, hombres de confianza que habían demostrado su tenacidad y lealtad.

—El castillo es inmenso, parece que cualquiera puede perderse si no sabe a dónde vas.

—Lo es, incluso lo que no puedes ver, está lleno de pasadizos.

—Sí, Mark dijo que sabía dónde estaban algunos de ellos—asintió recordando—. ¿No muchas personas lo saben?

—Somos pocos los que lo sabemos, algún día te mostraré, espero que sea información que no vayas a necesitar.

Xiumin le sonrió divertido. —Basta Jung, pensaré que te estás volviendo blando conmigo.

—Es tú culpa, aparentemente eres un imán para los problemas.

La respuesta que obtuvo fue una sonora carcajada, una que llenó su pecho de un anhelo especial. Xiumin estaba en lo cierto, había desarrollado una posesividad y sentido de protección muy fuerte hacia él y hacia el bebé que cargaba en su vientre, a veces, cuando Xiumin dormía, se quedaba varios minutos acariciando su estómago, dónde su hijo o hija respondía con movimientos ligeros, le gustaba que fuera tranquilo.

Salieron al patio trasero, dirigiéndose al lugar en donde los soldados entrenaban, Jackson estaba observando y supervisando, se acercó a él y le dió un asentimiento de cabeza.

—Jackson—dijo en forma de saludo.

—Hoseok, es bueno verte. Joven Jung.

—Hola general Wang—Xiumin aún no se acostumbraba a qué le hablarán de forma tan formal.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora