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—¿De verdad tienes que irte?

Yoongi miró sobre su hombro a Jimin, quien estaba sentado en medio de la cama, cubriendo su desnudez con la sábana de seda, le sonrió, se veía hermoso, con el cabello despeinado y sus grandes ojos de oro brillando. Se acercó dejando de lado la camisa, vistiendo sólo sus pantalones oscuros, puso una rodilla en la cama y se acercó a su rostro y besó sus labios hinchados.

—Sí, lamentablemente tengo que hacerlo, pero, volveré en un par de días.

—No me gusta cuando te vas—susurró con un puchero.

—¿No? —susurró sobre sus labios—. ¿Por qué no? Tal vez, puedas hacer algo para que me quede.

Jimin alargó los brazos para abrazarlo por el cuello, lo atrajo a su cuerpo para seguir disfrutando del calor de su piel, Yoongi bajo la sábana, dejando al descubierto su cuerpo, bajo sus besos de sus labios a su cuello y después más abajo, le miró con picardía, Jimin relamió sus labios excitado por aquellos ojos oscuros que tanto amaba. Yoongi capturó en su boca uno de sus pezones, el cual chupo, Jimin enrojeció, porque lo estaba probando, Yoongi gimió antes de soltarlo y relamer sus labios.

—Delicioso.

—Esto es tan vergonzoso.

—Es hermoso—rio antes de volver a besarlo y abrir sus piernas.

Jimin bajo las manos por la espalda pálida y fornida, hasta su pantalón, el cual desabrochó, Yoongi le ayudó, quedándose sobre él sin nada de ropa que pudiera impedir su unión, estaba tan duro, frotó sobre su entrada haciéndolo jadear, antes de volver al calor que tanto lo abrazaba. Las estocadas fueron más rápidas que la noche anterior, Jimin estaba perdido en la sensación de su cuerpo, en la humedad y el calor, le gustaba tener el cuerpo de Yoongi sobre él, más grande y fuerte, lo abrazaba de una forma protectora, se aferró a su espalda y gimió con fuerza cuando llegó al climax, Yoongi lo embistió con más fuerza hasta que se vino dentro, podía sentir el calor de su corrida y con eso, relajó los músculos.

—Eres tan delicioso—susurró sobre sus labios.

—Si lo soy, deberías quedarte.

—Me encantaría amor, pero el deber llama, volveré tan pronto, que no te dará tiempo de extrañarme. Descansa, apenas va a amanecer.

Yoongi se levantó y acomodó su ropa, después lo arropó a él, besando su frente, Jimin bostezo, era temprano por la mañana, tenía frío y estaba cansado, miró a Yoongi prepararse y volver a acercarse para besarlo.

—Te amo, nos vemos en dos días.

—También te amo, cuídate mucho.

—Lo haré bebé.

Yoongi le sonrió, con una sonrisa que derretía a cualquiera, salió de la habitación y lo dejo descansar, antes de volver a dormir, Jimin se levantó para buscar su camisón, tenía miedo de que si Eunwoo llegaba por la mañana y supiera que tuvo relaciones con Yoongi, volviera a regañarlo, sabía que no estaba mal lo que hacía, pero, su amigo en parte tenía razón, no supo en qué momento la opinión de Eunwoo se volvió tan importante, cerró los ojos tratando de dormir plácidamente, extrañando el calor de su rey y su aroma.





—Taehyun tienes que comer antes de ir al entrenamiento.

Estaba en la mesa con sus hijos a la hora de la comida, sus pequeños estaban creciendo bien, cada día desarrollaban con mayor intensidad sus personalidades, que eran muy diferentes unas de las otras. Taehyun su primogénito, el príncipe heredero estaba en un sinfín de clases, entrenamiento y protocolos, a Jimin le daba lastima, porque sabía que no estaba creciendo como un niño normal, todos a su alrededor decían que era así como un heredero tenía que criarse, pero, Jimin no estaba de acuerdo, apenas tenía seis años y ya había mucho peso sobre sus hombros.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora