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El silencio era atroz, SeokJin odiaba el silencio, pero en esos momentos no sabía qué decir, estaba molesto, asustado y perdido. Era esa furia contenida la que lo hacía quedarse petrificado, porque no estaba seguro ni de sus propios pensamientos, que día con día tomaban un rumbo aterrador, jamás fue un tirano, odiaba la violencia, pero en esos instantes quería a todos muertos.

El llamado de la muerte y la venganza, quería vengarse de todo aquel que pensó que podía arrebatarle lo que más amaba, quería ver correr su sangre, y satisfacer sus deseos de poder. No era un tirano, ellos estaban buscándolo.

—Fue un milagro que no pasará nada malo.

SeokJin miró a Mark, quien tenía la cabeza de su hijo en su regazo, este se había quedado dormido después de relatar lo sucedido y ser atendido. Volvió su vista a su hija, quien estaba durmiendo de la misma manera, ella no sabía nada, ni siquiera se había dado cuenta que estaba en peligro y eso era lo que más le molestaba.

—Tienes un hijo valiente, cuando me dijo lo sucedido, pensé que estaba hablando con un soldado más, le agradezco que haya querido salvarla, pero no me parece bien que se haya puesto en peligro.

—Ha aprendido bien de Jackson—dijo mientras acariciaba su mejilla—. Y está en sus genes—susurró con una mueca.

—Es igual a él 1físicamente, en su sangre lleva la valentía, pero también tiene un buen corazón, será un gran hombre.

Mark asintió con una sonrisa. —Espero que su futuro sea hermoso, el de todos—dijo mirando a Tzuyu—. ¿Cómo te sientes? Sé que estás molesto.

—Ellos me están orillando a perder la paciencia. No saben con quién se están metiendo.

—Jackson y Hoseok se harán cargo, tranquilo, nadie podrá hacerles daño, no mientras tengas personas fieles a tu reinado.

—Es tan confuso Mark, todo a mi alrededor parece un circo montado, ahora ya no estoy seguro de nada, no quiero tener miedo, pero no me gusta el rumbo que están tomando las cosas.

—Van a hacer que pierdas la cabeza y que cometas un error, no les des el gusto.

SeokJin asintió, ellos estaban jugando sucio, ahora comprendía las palabras de Namjoon, tenía más enemigos de los que quería admitir, no podía dejar que ganarán, porque de hacerlo, se condenaba a él mismo y a sus hijos.



















Hoseok se mantenía serio, miraba a SeoKjin y a JiYong, ambos estaban observándose, pensando en la mejor de las resoluciones.

—Ellos dijeron que no sabían que los niños estaban ahí, se encontraban entrenando, son de los nuevos, chicos inexpertos—dijo con una mueca—. Casi se hacen del miedo. Tienen por lo menos quince años.

—Está prohibido entrenar ahí—bufó JiYong—. No me trago eso.

—Yo tampoco—asintió Hoseok—. Es por eso, que quiero un castigo ejemplar, los quiero azotar en frente de los demás, sobre todo de los nuevos, si alguien les mandó, entonces, quiero dejar en claro que no pueden cometer un error ¿Lo entiendes?

SeokJin bajó la mirada. —¿Crees que el consejo esté detrás de esto?

—Oh cariño, claro que sí, no podemos matarlos, menos porque no han dicho absolutamente nada, cometieron un error, hay que castigarlos.

—Vamos a hacerlo—asintió SeokJin—. Doscientos azotes cada uno, a los ojos de los soldados y consejo. Pero ¿No los amotinaran?

—No—negó—. ¿Recuerdas cuando en un entrenamiento un chico lastimó a Yoongi? El castigo que recibió del rey de Ryuumoon fue ejemplar para los demás. Si los tratamos con amabilidad ellos creerán que no tienes autoridad, los reyes deben tomar decisiones contundentes.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora