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La noche se había asentado en el cielo, pero nadie parecía realmente interesado en terminar con la celebración. Seokjin se despidió hace horas, pero permitió que todos siguiesen disfrutando. Hoseok estaba harto, había bebido, comido y bailado—por obligación—, y ahora sólo buscaba una buena escusa para irse. Miró a su lado Xiumin parecía estar bien, miraba el baile con una ligera sonrisa. Recordó algo importante, una cosa que constantemente se negaba a ver, porque no le gustaba pensar en las posibilidades, Xiumin estaba en espera, llevaba a su hijo dentro y no se suponía que debía de cansarse o desvelarse demasiado.

Puso su manos sobre la suya, llamando su atención, Xiumin le miró con aquellos ojos brillantes, y cansados.

—¿Quieres que nos vayamos? —preguntó en voz baja.

—Por favor—susurró.

Se levantó ofreciendo su mano para que él hiciese lo mismo, algunas personas en la mesa les miraron.

—Nosotros nos hemos de retirar, por favor sigan disfrutando—hizo una reverencia al igual que su esposo, y se alejaron.

Algunas personas les sonreían en el camino, ambos tuvieron que mantener la tranquilidad y amabilidad hasta que estuvieron fuera del castillo. Hoseok suspiró, mirando a Xiumin quién soltaba el aire, cambiando su rostro a uno más cansado.

—¿Por qué no me dijiste que querías irte? —le pregunto al tiempo que llamaba a un mozo para que trajera su caballo.

—Pensé que lo estabas disfrutando.

—No, claro que no, odio estás cosas, más porque no me puedo relajar, siempre estoy alerta.

Xiumin asintió riendo ligeramente. —Scarlanding y los bailes no son una buena combinación a decir verdad, aún se me eriza la piel cuando pienso en lo sucedido hace un año. Todo cambio después de eso.

—Lo hizo.

—Lamento hablar de esto—dijo al ver el semblante serio de Hoseok.

—No pasa nada.

El mozo regresó con el caballo, Hoseok le agradeció y subió, alargó el brazo para tomar a Xiumin de la cintura y levantarlo, dejandolo sentado de lado, justo frente a él.

—Esto es tan humillante.

—Tranquilo, durará poco, cuando tengas al niño podrás cabalgar con normalidad, además esa túnica es grande, se ve pesada.

—Lo es—asintió—. Yo iba a preguntar ¿A dónde vamos?

Hoseok asintió. Claro que no había tenido tiempo de decirle los planes que tenía, que tampoco era como si fueran muy bien pensados.

—Hay una casa grande que era de mi familia, pero no está condicionada, hay cosas que se tienen qué arreglar, haré que lo hagan, por el momento viviremos en mi casa.

—No me quiero deshacer de mi casa.

—No tienes qué hacerlo—dijo con tranquilidad—. Puedes dejarla ahí, y pasar a verla de vez en cuando.

—Gracias, esa casa mi padre la construyó con mucho esfuerzo.

—Entiendo, no tienes que decirme nada, ni justificarte, así que no te preocupes.

Xiumin asintió, acomodando la cabeza en su pecho, suspiró cerrando los ojos. Hoseok estaba seguro de que se quedaría dormido, iba lento, porque sabía que podía ser peligroso, se había grabado en su mente las indicaciones que el doctor le dio a SeokJin la última vez que estuvo embarazado, no beber, no montar a caballo y evitar tener relaciones íntimas con frecuencia, eso último no le tenía nada contento, pero era algo que debían hacer. No creía que Xiumin supiesen realmente lo que conllevaba tener un hijo, ambos eran guerreros, pero él era menor y nunca había estado en contacto con mujeres o donceles.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora