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Reino del Norte

—¡BeomGyu! ¡Shuhua!—corría por todo el pasillo detrás de los pequeños pelinegros que huían sin dejar de reír—. Es hora del baño ¡Niños!

Taehyung tenía que ser firme, pero también estaba riendo, el castillo entero se llenaba de sus risas, y eso ponía una atmósfera alegre, todos estaban disfrutando del consorte real, el príncipe y la princesa, quienes llegaban a ser traviesos, risueños y llorones, le habían dado viva a años de lamentaciones y  dolor, de frialdad y oscuridad.  Ahora el reino entero se pintaba de colores a pesar del invierno.

—¡Detenganse!

JungKook quien salía de la reunión del consejo, junto a Mingyu, se quedó quieto mirando a sus niños y esposo reír sin dejar de correr. Sonrió eternecido, esa era la vida con la que había soñado, todo lo que necesitaba para ser feliz lo encontraba en un par de ojos grises y unos azules como el cielo, los amaba con todo su corazón.  Mingyu le dió un pequeño apretón en el hombro.

—Te dejo, creo que tienes dos pequeños traviesos que atrapar.

—Tres—dijo riendo antes de encaminarse hacia ellos.

Se interpuso en en camino de los niños, quien dieron un grito al verlos y se lanzaron hacía su cuerpo, haciéndolo caer de nalgas al duro piso, rio sosteniendolos, mientras estos gruñían como salvajes.

—¡¿Qué acaso son lobos salvajes?!

—¡Si! —dijeron al mismo tiempo.

Taehyung se detuvo tratando de retomar el aire, se sentó en el piso recargando la espalda en la pared y tomó grandes bocanadas de aire.

—Estos niños...me quieren asesinar...

Los pequeños rieron antes de soltarse de su padre para ir a abrazar a su papá, Taehyung los recibió besando sus cabecitas sudorosas.

—Dios, no entiendo su energía.

JungKook tiró una carcajada, se levantó y caminó hacia su esposo, dónde se agachó para estar a su altura, vio aquellos ojos azules brillantes que tanto amaba, como el cielo despejado de primavera, eran tan hermosos y especiales, después miró los de sus hijos, BeomGyu tenía unos ojos grises azulados pícaros y Shuhua unos grises oscuros muy similares a los suyos, amaba la forma en que brillaban, demostrando la felicidad que vivían.

—¿Se puede saber por qué hay una estampida de salvajes en el pasillo?

—Es hora del baño.

—¡No!

Ambos niños lucharon y se soltaron, corriendo a esconderse. Taehyung los miro y negó.

—Esos son tus genes JungKook, estoy seguro de ello.

—Oh, pero, mi pequeño príncipe era un niño travieso, eso me dijo Baek.

Taehyung le miró antes de reir de forma adorable. —Entonces, creo que es culpa mía, mis más sinceras disculpas mi rey.

JungKook le ayudó a ponerse de pie y después lo acercó a su cuerpo, sosteniendo su cintura, beso su mejilla antes de ir a sus labios, los cuales apenas y tocó.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora