El Rey Del Destino *HopeXiu*

34

2/7

—La reina no se siente bien—dijo el doctor real que salió de la habitación a su padre, Hoseok estaba ahí, porque era el encargado de cuidar de la reina, estaba preocupado, casi quería vomitar de la tensión, pero, no podía hacer nada, él tenía que actuar indiferente y eso lo mataba por dentro—. Tiene que darle esto al rey, es importante.

El general Jung asintió tomando la carta, miró a Hoseok, su hijo y le sonrió a medias.

—Cuida de ella, llama si algo necesita.

Hoseok asintió, estaban en el palacio de las Rosas, dónde la reina había decidido estar después de que Namjoon se había ido al Norte y que el rey haya tenido dos hijos varones con una de sus concubinas, su favorita, el príncipe acababa de regresar, junto a los otros dos príncipes, para continuar con su entrenamiento, pero las cosas no estaban bien, en ese palacio, vivían las damas de la reina y SeokJin, quien era el pupilo de su alteza. Estando fuera del castillo, y eso era una ventaja para que su relación secreta continuará.

Taeyon estaba más débil de lo acostumbrado, ella decía que era normal, que siempre fue de esa manera, sin embargo, Hoseok no se lo creía, con celos sabía que ella se sentía mal con las acciones del rey Soojeon, quien había dejado de tener interés en ella.

Su amor parecía ser unilateral, algo en él le decía que no era más que una distracción para la reina, pero, quería creer que lo amaba, se aferraba a esa ilusión.

No la vio en días, porque ella no lo permitió, sólo dejaba que Namjoon y Jin lo visitaran, y nadie más, eso le ponía triste, quería verla y asegurarse que estaba bien. No fue hasta una semana después que en el centro del reino, Hoseok se enteró de la noticia. La reina estaba embarazada.

Tenía apenas dieciocho años pero, sabía muy bien que lo que ellos habían estado haciendo por mucho tiempo, terminaría creando un bebé, entonces lo supo, ese bebé no era del rey, era imposible, porque ellos no habían estado en la intimidad en mucho tiempo, el bebé que la reina estaba esperando era suyo.

Molesto, la encaró, a pesar de que ella no quería recibir visitas, la vio de pie, en una bata roja grande, y su cabello suelto, a pesar de su palidez, era preciosa, la amaba más de lo que podría llegar a amar a quien sea. Ella al verlo tragó en seco.

—No he pedido verte. Sal de aquí.

—¿Va a seguir con esto? ¿Por qué no me lo dijo?

—No sé de qué estás hablando. Por favor, vete de aquí.

Hoseok negó, se plantó frente a ella, mirándola con dolor.

—Es mi hijo.

—No, no lo es.

—No me puede mentir.

Ella relajó el gesto un poco, suspiró y se volvió para darle la espalda y no verlo.

—Este hijo es del rey.

—No, ese bebé es mío. ¿Por qué es cruel conmigo?

Taeyon se volvió para mirarlo con frialdad, una mirada que nunca había visto en ella, se sintió pequeño, inadecuado.