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Reino del Norte.

Rgresar a su hogar fue un verdadero alivio, su pueblo estaba agradecido de que ambos hayan regresado con bien, podían verlo en los ojos del otro, pisar el suelo nevado era la mejor sensación que habían sentido en semanas, reafirmando lo que ya sabían en sus interiores, ellos pertenecían al frío invierno. Aunque el regreso fue tranquilo, no podían evitar sentirse desolados, Taehyung había hecho buenos amigos y casi moría a manos de un enfermo, mientras que Jungkook había sentido de todo, la desesperación por el rapto de su esposo y el dolor de haber perdido a uno de sus mejores amigos. Su corazón y mente estaban en ScarLanding, no podía dejar de pensar en Namjoon, en sus últimas palabras, en su petición desesperada de proteger a Jin y a sus hijos, lo cumpliría, porque era su deber, como amigo y como aliado.

Y aunque temía por el bienestar de Scarlanding, estaba completamente seguro de que SeokJin haría un increíble y justo trabajo, porque había aprendido del mejor y porque su templanza y sus valores le alejaban de la tiranía.

—¿Ocurre algo? —preguntó Taehyung quien ingresaba a al cama.

Habían pasado algunas semanas desde que volvieron al Norte, las heridas de su esposo estaban sanando, y después de haberlo encontrado entrenando solo antes del amanecer, su confianza estaba regresando, porque cumplió lo que prometió, le enseñó, ambos entrenaban juntos.

—Estaba pensando—suspiró alargando la mano, dejando libre su pecho, con una invitación que Taehyung tomó de inmediato, se recostó en su pecho—. Pensaba en nuestro reino, en la forma en la que nos recibieron al volver, sus rostros están retratados en mi mente, no creo ser capaz de alguna vez olvidarlo, ellos confían en mí, y por primera vez siento miedo de defraudarlos, de defraudarte a ti.

Taehyung asintió ligeramente. —Es ese cuestionamiento y ese miedo lo que hará que te guíes por la justicia y el honor, confiamos en ti Jungkook, yo más que nadie.

Miró sus ojos azules que le miraban con ternura, acaricio su mejilla, agradecido de que no haya quedado marca de la violencia de aquel asqueroso hombre, pasó su pulgar por sus labios, sacándole una sonrisa. Suspiró pesado, al aceptar a Taehyung en su vida, no se dio cuenta que estaba aceptando algo que había repudiado durante años, el miedo. Había huido de aquellas emociones que le produjeran temor, pero ahora todo estaba perdido, sin embargo, sentía que si tenía a Taehyung cerca, todo podría mejorar.

—Estás demasiado tenso después de la junta con el consejo. Este invierno será el más crudo, pero tenemos como hacerle frente—suspiró separándose de su cuerpo, sentándose en la cama y acercándose más, terminando por estar a horcajadas sobre su regazo—. Necesitas relajarte, yo te voy a ayudar.

Jungkook rio ronco al sentir el cuerpo cálido de su esposo, lo tomó de las caderas sonriendo ladino.

—Lo que tú quieres es que olvide el mundo entero, pero está bien, quiero perderme en tus ojos, en tu cuerpo, en tu alma, amado mío.

Taehyung le sonrió con cariño, se acercó a su rostro y juntó sus labios, que se amoldaban a la perfección, los movían con lentitud, mientras que sus caderas se restregaban, el sentimiento de estar juntos, piel con piel, entregándose a algo que estaba por encima de ellos, les llenaba de una satisfacción inmensa.

Jungkook admiraba a su esposo y después del regreso de Scarlanding, su devoción creció, porque no era el niño asustado que había imaginado la primera vez que le vio, sino un fuerte guerrero, alguien inteligente y voraz, y era suyo, completamente suyo, y lo protegería de lo que fuera, porque no quería verlo sufrír, nunca más.

Los días eran tranquilo, su pequeño príncipe estaba a nada de cumplir el año de nacido, era un niño precioso, Jeon BeomGyu era un ser encantador, con toda la belleza de Taehyung, pero con la tenacidad y la inteligencia del rey, cualquiera que le conociera podría darse cuenta que era un niño especial. Uno que estaba aprendiendo a caminar y que se había vuelto el temor de cualqueira, porque era curioso y descuidado, como en ese momento, que se había escapado de sus padre y nanas cuando tomaban el té y se había escabullido por la puerta sosteniéndose de la pared, caminaba mirando alrededor, estaba intrigado, no dejó de caminar, no había guardias cerca porque estos estaban entrenando. Así que siguió, hasta que miró una puerta abierta y ruido que provenía de ella.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora