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La pesadez que se mantenía en su cuerpo lo tenía exhausto, sin embargo, por más cansado que estaba, era imposible poder conciliar el sueño, estaba alerta, cada sonido erizaba el vello de sus brazos y aumentaba los latidos de su corazón, se estaba volviendo loco, dando vueltas en la cama, levantándose para ir de un lado al otro, pensando, analizando y planeando, su mente no paraba. Tomó varias respiraciones antes de salir de la habitación, en el salón, fue al lugar donde se mantenían los licores, mordió su labio inferior, necesitaba alcohol, pero, no podía beber nada de ahí, no confiaba ni en su sombra. Cerró los ojos unos momentos, y cuando los abrió, decidió que no podía quedarse ahí, volvió a la habitación para cambiarse de ropa, llevando consigo sólo la daga de Xiumin, si salía con sus espadas era claro que lo tomarían a mal, tal vez había guardias en la puerta, a quienes les diría que necesitaba tomar aire, no creía que se lo impidieran. Cuando estuvo seguro de lo que iba a decir y hacer salió de la habitación, el pasillo estaba en completa soledad, elevó una ceja ¿Era una broma? Tal vez lo era, o simplemente le estaban tendiendo una trampa.

Estaba siendo vigilado, podían estar observándolo en ese momento, por eso debía ser muy cuidadoso con las cosas que hacía, tenía que mostrarse como un hombre preocupado, convencerlos de que podían eliminarlo fácilmente, así, no sospecharían sus planes. Caminó por el extenso pasillo, con calma, bajando las grandes escaleras, tenía una buena memoria por eso sabía a dónde ir, estaba oscuro, algunas antorchas iluminaban su camino, pero no era suficiente, cuando estuvo cerca de la puerta, está fue abierta por uno de los guardias.

—Quiero tomar un poco de aire, dime un camino que pueda tomar—dijo con serenidad.

El guardia observó a su compañero antes de asentir.

—Lo escoltaremos mi señor.

—Bien.

Los siguió por el gran patio, ¿Por qué lo estaban llevando fuera del castillo? Los observó desconfiado.

—El general Zoltan dijo que si quería salir, tendría que ser fuera del castillo, hay un prado, eso es porque los jardines están prohibidos a estás horas.

—Gracias.

No preguntó más, simplemente los siguió, abrieron las enormes puertas y estuvo fuera, rodeado por un extenso terreno de árboles y arbustos, aunque parecía un bosque hermoso, había cierta penumbra que podía ser aterradora para las personas inexpertas, tomó un poco de aire, mirando con discreción alrededor, era casi imposible escapar de ahí.

—¿Aquí si está permitido pasear?

—Si está fuera del castillo, sí. Siguiendo ese camino puede llegar a la gran plaza, por aquí viven los nobles y la gente importante, así que siempre hay vigilancia, no tiene de qué preocuparse.

—Es bueno saberlo—suspiró—. ¿El mar está cerca? —preguntó tras escuchar el oleaje del mar.

—Sí, si sigue por allá podrá llegar a la playa, aunque a estás horas la marea es alta.

—¿Conoces algún lugar donde tenga una buena vista? Creo que eso me ayudaría a relajarme.

—El risco, venga.

No sabía si eran idiotas, demasiado amables o simplemente buenos fingiendo, pero, actuaban como si él no fuera un desconocido o una amenaza, eso sin duda dañaba un poco su ego, los siguió adentrándose un poco en el bosque y después cuesta arriba, podía escuchar el oleaje y el aroma estaba cambiando, llegaron a la cima que seguía en un terreno plano.

—¿Podrían esperarme aquí? Necesito estar solo unos momentos.

Ellos no parecieron muy convencidos, Hoseok bufó, les sonrió con amabilidad falsa.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora