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Jimin miraba la pared de su celda, no había podido dormir en días, mucho menos comer, pensaba y sus pensamientos estaban siendo un lugar frío y cruel, se culpaba por todo lo que estaba sucediendo, por haber confiado en una persona que ahora le estaba causando mucho daño, no sabía cómo iba a sobrevivir a aquello, ya no tenía ganas de intentarlo, le pesaba en el alma, se sentía triste y desolado, como si nada en el mundo importaba, ya nada tenía sentido, porque dentro de él estaba seguro de que nunca volvería a recuperar el amor y la confianza de Yoongi.

Ahora no tenía la excusa de estar salvando a su hermano, no podía argumentar en contra de lo que Eunwoo decía, porque a los ojos de todo el mundo era un adúltero, había fallado a sus votos, incluso si él no hubiera hecho nada, la incertidumbre le costaba toda la noche en vela, estaba seguro de que sería condenado, entonces ¿Qué pasaría con sus hijos? ¿Ellos crecerían creyendo que era una mala persona? O ¿Qué pasaría con Yoongi? ¿Algún día volvería a abrir su corazón y confiar? Lo dudaba, él había obtenido lo más preciado de su rey, su amor incondicional, era cierto lo que decía, cada palabra, Yoongi lo hubiera ayudado.

Entender eso, era como recibir un golpe fuerte y letal, Yoongi lo había lastimado en el pasado, pero, a partir del momento en que ellos decidieron seguir juntos y empezar de nuevo, siempre le mostró, con acciones y palabras lo importante que era, lo mucho que le amaba, no había capricho que no le cumpliera, si él hubiese hablado de sus inseguridades y miedos, Yoongi sin pensarlo habría hecho algo por él, entonces, ¿Por qué fue tan difícil acercarse a él? ¿Por qué las palabras de Eunwoo tomaron mayor peso que las acciones de su esposo? Estaba tan confundido, tan avergonzado de sí mismo, que no tenía una respuesta clara. Era un desastre.

Encima de todo eso, estando encerrado y con miedo, comenzó a sentirse mal, casi ríe toda la noche por la ironía de la vida, por su suerte, conocía muy bien su cuerpo, ya había pasado por esto, así que no le quedaba duda, y cuando recibió al médico y este le miró con terror, supo que su situación estaba a punto de empeorar.

Le costó volverse a la puerta cuando escuchó el chirrido, pisadas fuertes que entraron, y un escalofrío que le recorrió por completo todo el cuerpo, se quedó quieto, como si pensara que si no se movía, nadie lo vería, era estúpido pensar que podía escapar, no tenía un lugar a dónde ir, así que, resignado, se volvió a encararlo, sin ser capaz de mirarlo a la cara, sólo observó sus manos, como si no hubiera nada más interesante en el mundo.

—¿Lo sabías?

Su voz era fría, experimentó otro escalofrío, que recorrió su cuerpo entero, quería llorar, había llorando mucho esos días.

—No, no lo sabía. Pensé que no pasaría.

Miró entonces a Yoongi, podía sentir su tensión, él estaba viendo a la nada, ni siquiera le regresaba la mirada, eso le hacía sentir aún peor, el desprecio de quién amaba era su peor castigo.

—Esto no está bien, puede arruinar todo.

—Sí se enteran, pensarán que es suyo, pero no lo es, lo sabes ¿Verdad?

Al principio no contestó nada, se quedó mirando a la pared, Jimin esperaba con un nudo en la garganta, lo vio suspirar y asentir.

—El problema no es ese Jimin, el problema es que no hay forma de comprobarlo.

—Esa no fue la pregunta que te hice.

Yoongi por fin lo miró, sus ojo eran más oscuros que de costumbre, también más fríos, daba miedo, cualquiera que le observará podía ver qué estaba molesto, pero él, que había aprendido a leerlo, vio desesperación y tristeza, una profunda tristeza, jamás lo había visto tan miserable y destrozado.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora