37

1.7K 340 277
                                    

5/7


Observó a su pequeña hija, había cumplido los cinco meses, ella crecía día con día, era una niña preciosa, tenía sus ojos, tal y como Hoseok había pedido, pero, sus gestos eran como los de su esposo, tan dulce, tan linda, era su todo, no paraba de escribir en su diario cuanto la amaba, mirándola dormir, con tranquilidad, ajena a todo el mundo, necesitándolo hasta para dormir, pidiendo su abrazo con sus delicadas y diminutas manitas, ella y Hoseok era lo que siempre había esperado, incluso cuando no sabía que los necesitaba, recordaba el día donde descubrió que la tendría, el miedo que recorría su cuerpo y los pensamientos alrededor de su mente, todo eso, todo lo vivido y lo sufrido, no se comparaban al dolor de ese momento.

—Mi señor—escuchó la voz de Wenn—. ¿Quiere que le suba el té?

Miraba al horizonte, a donde se hallaba el castillo, donde Hoseok se encontraba, quería salir corriendo hacía sus brazos, pero, en vez de eso suspiró y se volvió para mirarla, ella le observó con preocupación al ver las lágrimas que surcaban sus ojos.

—Tú lo sabías ¿Verdad?

—No entiendo señor.

—Tú sabías de quien estaba enamorada ella ¿No es así? No hay forma que ella haya hecho todo por sí sola.

Wenn le miró al principio confundida, pero mientras el tiempo con las miradas cruzadas aumentaba, se daba cuenta de lo que estaba diciendo.

—¿Cómo lo sabe?

—Ella no murió de una enfermedad ¿Verdad? —balbuceo.

—No—negó—. No fue así, yo...lo supe, porque ella comenzó a portarse extraña, temerosa, no salía, se la pasaba en casa, a veces llorando, la encaré, fue como mi hija—su voz se quebró—. Me contó todo y me hizo jurar que no le diría nada a nadie, callé por su protección.

—¿Qué le hicieron? Ella estaba en peligro, si ella sabía sobre lo que estaba sucediendo, era obvio que la querían silenciar.

—Una noche entraron, asesinaron a algunos de los guardias, me golpearon en la cabeza cuando quise ayudarla, pero, fue tarde, la golpearon hasta casi matarla.

Xiumin dejó correr sus lágrimas. —¿Su bebé?

—Vive.

—¿Cómo es eso posible? —la miró alarmado.

—Estaba muriendo, Hoseok llegó y la ayudó, la llevó a resguardarse al lugar más seguro en ese momento, yo los acompañé, ella vivió sus últimos días en el palacio de las Rosas.

—¿El rey Jin lo sabía? —parpadeó perplejo.

—Él es una gran persona—asintió—. La ayudó hasta el último momento, murió al dar a luz.

—¿Dónde está su hijo? —susurró mirando a Yuna.

—Estoy segura que lo conoce, es un niño hermoso, vive en el castillo, como el hijo adoptado de los reyes.

—¿Yeonjun? —susurró.

—Sí, se parece mucho a RyuJin—suspiró—. Hoseok no quería tenerlo cerca, le duele.

—Nunca le dijiste lo que ella hizo ¿Por qué?

Wenn se acercó y miró con él hacía la ventana. —Ella quería protegerlo, me recuerda mucho a ti.

Xiumin sollozo cubriendo su rostro, para no despertar a su hija, la mujer le miró con pena, quiso acercarse, cuando los ojos entristecidos de Xiumin se posaron en su rostro.

—Voy a morir.

—¿Por qué dice eso?

—Descubrí algo que no tenía que saber y ellos lo saben, vendrán por mí, puede ser en cualquier momento. Me he condenado.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora