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Reino del Norte

La habitación estaba llena del sonido de sus pieles chocando una contra la otra, mezclados con los gimoteos repletos de placer, el éxtasis que recorría sus cuerpos era una clara afirmación de su pasión, una que sólo podían saciar juntos. Jungkook tomaba con fuerza su cadera, besando con voracidad sus labios rojos, sonreía cuando el cuerpo que estaba debajo de él se contraía de placer, su vaivén era rápido, aunque modulaba la intensidad para no venirse antes de tiempo, su cuerpo se sentía tan bien, tomó su muslo derecho e hizo que enredara la pierna en su cadera, para ir mucho más profundo.

—Carajo—gruñó en su cuello, estar dentro de él se sentía realmente bien.

—Jungkook—jadeo tomándolo con fuerza del cabello negruzco, las sensaciones de su cuerpo eran algo que no podía agrupar de forma coherente.

Jungkook salió de él y lo tomó en brazos, sentándose en la cama, colocándolo a horcajadas.

—Vamos amor, necesito verte hacerlo—susurró ahogado, con el sudor recorriendo su frente.

Taehyung bajó lentamente por su erección llenándose por completo, jadeo, perdido en los ojos oscuros de Jungkook, comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, sensual, para después aumentar el ritmo, agarrándose de los hombros de Jungkook, quien gruñó. El calor los llenaba, el invierno estaba bajando su esplendor, venían los días cálidos, aunque ellos nunca sentían el frio.

Jungkook lo masturbo, creando un escalofrío que recorrió toda su columna, gritó su nombre, sin dejar de moverse, estaba a punto de llegar.

—Vamos cariño—susurró mientras besaba su cuello.

Fue una explosión dolorosamente placentera, Jungkook lo tomó en brazos y lo acostó, moviendo con fuerza sus caderas, cerrando los ojos y viniendose dentro, llenándolo por completo.

Besó cada parte de su rostro, haciendolo reír, se veía hermoso, con sus mejillas sonrosadas, el cabello revuelto, con mechones pegados a su frente por el sudor, sus labios hinchados y sus ojos llorosos debido al orgasmo.

—Te amo—suspiró besando sus labios.

—También te amo mi rey—sonrió adormilado.

—Vamos a dormir, no falta mucho para que amanezca.

Se acomodaron debajo de las cobijas, Jungkook lo abrazó con fuerza a su pecho, besando su cabeza. Las cosas estaban cambiando, mejorando por completo, Taehyung había estado estresado, por no haberle dado otro hijo, después de hablar con él en la casita de campo, ambos se relajaron, aunque, la duda estaba ahí. Jungkook pensaba que realmente ellos no serían capaces de tener otro hijo, y si había la posibilidad de perderlo, no quería arriesgarse, porque no podía seguir viendo a Taehyung sufrir, ese era su mayor miedo.

Su reinado estaba siendo próspero, entrenaba a sus hombres, su pueblo estaba feliz y tranquilo, confiando en que él los ayudaría. Taehyung era increíble, se mantenía al pendiente de sus soberanos, de los huérfanos y las viudas de guerra, era amado.

BaomGyu crecía día con día, era un niño activo, parlanchín y muy lindo, se la pasaba detrás de ellos, jugando y riendo. No podía pedir nada más.

—Iré a uno de los orfanatos—dijo Taehyung con una sonrisa—. Beomie me va a acompañar.

—Eso es algo bueno cariño—suspiró—. Beomie tiene que ver todos estos lugares, porque cuando sea rey, tiene que estar al tanto de lo que sucede en su reino.

Taehyung asintió. —Aunque, cada vez que voy quisiera traer a todos esos niños conmigo.

—No podemos hacer eso, pero sí podemos ayudarlos. En el festival podremos darles juguetes.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora