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Tomaban el té de forma tranquila en el pequeño saloncito, Taehyung y Jimin se habían puesto al día en todo, hablaron de muchas cosas, de lo que pasaba en sus reinos, algunos chismes escombrosos y lo que pensaban de sus vidas como padres, ambos llevaban en sus hombros el peso de la corona, de lo que significaba ser consortes reales, y las obligaciones que tenían, también lo que el reino y los demás esperaban de ellos, era agradable para ambos hablar entre sí, porque sentían que se entendían.

—Recibí una carta de Jin—dijo Taehyung tomando una pequeña galleta, eran deliciosas, se sorprendió saber que Jimin las había hecho—. Me habló de lo necesitado que estaba de un descanso, me preocupa, muchas cosas están pasando en ScarLanding, temo que vaya a enfermar.

—Jin lo ha hecho de maravilla estos años, sin encargó, es una carga pesada, sin tiempo suficiente, sé que se reprocha no estar con sus hijos como quisiera.

Taehyung asintió. —Siempre quise tener hijos, pero, ahora me doy cuenta de la responsabilidad que conlleva, aún no entiendo cómo es que tú lo haces.

—Tengo ayuda—rio por lo bajo—. Aunque a veces es muy cansado, me preguntó si lo estoy haciendo bien.

—Estás haciendo un increíble trabajo, esas dudas son normales y...

Su discurso fue detenido por el fuerte llanto de un niño, ambos miraron a la puerta que estaba abierta, la que llevaba al salón de juegos donde los niños estaban, Beomgyu entró corriendo y llorando directo a los brazos de su padre. Taehyung lo tomó con preocupación.

—¿Qué pasa? ¿Te hiciste daño? Beom, contesta—dijo tomando su rostro con cuidado para examinarlo, pero lo único que podía ver eran lágrimas—. ¡Solar!

Su dama estaba ahí en la puerta, ella se acercó e hizo una reverencia, aunque era buena amiga de Taehyung, cuando estaban frente a los demás debía cumplir a la perfección con los protocolos.

—Mi señor.

—¿Qué pasó? ¿De cayó?

—No, no es eso, lo que pasa es que, quería un juguete, pero alguien más lo estaba usando, al ver que no se lo daba, empezó a llorar.

—Oh, vamos Beomgyu, puedes jugar con otra cosa.

—¡Ese niño horrible y grosero me dijo que no podía tocar sus juguetes ni los de sus hermanos, que nos fuéramos de aquí!

Jimin abrió los ojos en demasía, se levantó y fue a la sala de los niños, ahí estaba LuHan tratando de hablar con Taehyun, Jimin se acercó.

—¿Qué pasó?

—No quiere compartir nada de lo que está aquí.

Jimin suspiró pesadamente, tenía un problema con Taehyun y ese era que su hijo al ser el heredero, estaba creciendo pensando que todo era suyo, que el mundo estaba a sus pies, Jimin trataba de enseñarle que no era así la forma en la que tenía que vivir, pero, no ayudaba lo consentido que estaba por todos en el reino, en especial por la reina madre.

—Terry, ni puedes hacer eso—dijo con seriedad—. Ellos son nuestros invitados y debes de ser educado y compartido.

—No quiero, son mis cosas.

—Le diré a tu padre y él se molestará.

—¡No le vas a decir nada!

Jimin miró molesto a su hijo quien estaba enojado frunciendo el ceño, con los puños apretados. Taehyung quien estaba cerca camino hacia ellos.

—No te preocupes Jimin, está bien.

—No, no está bien, él no puede hacer estás cosas.

—Tranquilo—negó Taehyung—. BeomGyu no está acostumbrado a que alguien le diga que no a algo, además tampoco es bueno compartiendo, es muy sensible, son pequeños, es normal.

El Rey Del Destino *HopeXiu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora