—Quita esa sonrisa, no me causa gracia.
—Oh vamos, no es para tanto, estoy bien.
—¡Casi mueres SeokJin! Nada de lo que te dije tuvo sentido para ti, debiste obedecer, pero no, te gusta jugar con el destino, eres como...
SeokJin sonrió de lado. —Como Namjoon—asintió—. ¿Qué esperabas? Nos criamos juntos, somos iguales.
Hoseok suspiró, había pasado el peor de sus miedos al ver a SeokJin caer inconsciente entre sus brazos luego del alumbramiento, sintió el terror, el aroma a la muerte, creyó que los ojos de SeokJin se cerrarían para siempre, su debilidad y tristeza infinita pudo haber deshecho su salud, pero, sorpresivamente, se estabilizó, volvió a abrir los ojos luego de unas horas críticas de rezos y miedo, sus primeras palabras fueron dirigidas a saber sobre su hijo, ahora lo tenía en brazos y no había dejado de mirarlo.
El pueblo entero, ajeno a lo que había pasado en aquella habitación, estaban en una celebración que parecía no tener fin, todos festejaban el nacimiento del último hijo del rey Kim Namjoon. Después de saber que su majestad estaba bien, el palacio se llenó de vida, todos querían ver al pequeño príncipe, pero SeokJin no parecía querer soltarlo.
—Deja de pelear conmigo y ven a verlo—le miró con una sonrisa—. Es precioso, muy tierno y hermoso, tiene los ojos de la reina, al igual que sus hermanas.
Hoseok suspiró, para él era un poco difícil ver los ojos de su difunta amada en tan adorables niños, los hijos de Namjoon y de Jin eran preciosos, amables e inteligentes, sentía que el destino los iba a plagar de grandesas. Cumpliría el último deseo de Namjoon, crearía un reino protegido, para que nada les sucediera a los que más había amado.
Se acercó al lado de SeokJin y miró al recién nacido, estaba dormido, su rostro era tierno, redondo, de tez blanca y labios pequeños, era imposible saber a quien se parecería en esos momentos, pero, podía ver un poco de SeokJin en él.
—Es precioso, has dado a luz a un príncipe hermoso, ahora ¿Cómo lo vas a llamar?
SeokJin acarició la mejilla del bebé. —Yeosang, Kim Yeosang, Namjoon me leía un cuento cuando éramos niños acerca de un rey que se llamaba así, uno que era amable y bueno con sus soberanos, espero que mi hijo sea así, lo criaré para que sea una gran persona. ¿Te gusta?
—Es un buen nombre—asintió, no dejando ver la melancolía que le había traído el relato de Jin, al verlo reconoció su propio dolor, el de perder a la persona que se ama.
—Lamento haberte asustado, pero, aunque sentía que lo haría, no podía morir, aún me falta mucho por hacer, cuidar del reino, proteger a mis hijos y encontrar a Namjoon.
Hoseok suspiró, se sentó en la cama, a su lado, le miró con preocupación. —Sé que nada de lo que te diga hará que dejes de buscarlo, prometí que te ayudaría hasta el final y lo haré, pero, la gente ha comenzado a hablar, ambos sabemos que entre menos sepa el consejo es mejor, no confío en ellos, no quiero que se crean con el derecho de revocar tus privilegios, la gente puede pensar que estás loco, por eso tienes que ser prudente, no hables de más con nadie, y estos comentarios es mejor que los guardes para ti.
—¿Piensan que estoy perdiendo la cabeza por el dolor? —susurró, su labio inferior tembló—. Tal vez lo estoy haciendo Hoseok, tal vez estoy perdiendo la cabeza, pero no puedo evitarlo, todos los días, todas las noches, pienso en él. Namjoon ha dejado un hueco en mi alma, sé que debo aceptar su muerte, que buscarlo es un error, que no encontraré nada, pero, lo siento en mi corazón, sé que hay una mínima esperanza de que esté con vida y no descansaré hasta encontrar la verdad, no importa si al final caigo en la decepción, quiero intentarlo.

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El Rey Del Destino *HopeXiu*
FanfictionHan pasado años desde la lucha contra los rebeldes, muchas preguntas sin responder siguien atormentando las cabezas de los grandes reyes, quienes siguen creyendo que nada fue una coincidencia. El regreso de viejos aliados y la aparición de un reino...