Miraba con detenimiento cada uno de sus movimientos, era bueno, no iba a negarlo, sin embargo, parecía torpe, el entrenamiento estaba siendo cada vez más duro, sus hombres se quejaban, pero, no había vuelta atrás, tenía que entrenarlos para que sean capaces de ganar la guerra, una que se aproximaba.
Las cosas en el castillo no estaban bien, se había pasado una noche entera interrogando a cada uno de los mozos que recibieron regalos, ninguno de ellos pudo decirle quién dejó aquel baúl que culminó por golpearlos con una realidad que hasta ese momento se había mantenido en una posibilidad. Alguien tenía el cuerpo de Namjoon, mandaron eso como una advertencia, estaba cabreado, los días que siguieron estuvo de mal humor. No ayudaba que SeokJin estuviese trastornado, se había pasado días llorando debido a la desesperación, quería que encontraran a Namjoon, pero no tenían más pistas.
El hecho de que alguien haya entrado a Scarlanding y dejado aquel paquete le decía que tenía que ser más duro, que todos tenían que estar preparados, por orden de Jin, nadie dijo nada sobre el contenido del baúl, aunque estaba adolorido, sabía bien que no podía dar pasos en falso, alguien podía estar vigilandolos.
—¡Parcen niños jugando! Más duro—gruñó—. Nadie se irá de aquí hasta que no vea que realmente lo están haciendo bien.
Los hombres, cansados asintieron, en ese tiempo habían descubierto por qué Jung Hoseok era el primer general de Scarlanding, era un hombre feroz, con ideas claras y una fuerza descomunal, un monstruo en batalla.
Xuimin cayó al piso cansado, después de que su contrincante le diera un golpe en el pecho, estaba por levantarse, pero no pudo, se quedó en el piso mareado. Hoseok se acercó y lo levantó de los hombros de forma brusca.
—¿Qué le pasa soldado? ¿Crees que es momento de descansar? ¡Responde!
—Lo...lo siento general—dijo sin aliento.
—¡Largo, no te quiero ver! Mañana tendrás entrenamiento doble. Todos larguense—estaba oscuro, pasaba de la media noche y sabía que estaban cansados, así no le servían.
Los hombres se pusieron en fila e hicieron una inclinación de respeto. Jackson, que apenas había llegado porque Jin estaba durmiendo, le miró con una ceja alzada. Sus tareas tampoco eran fáciles, cuidar del rey era una tarea importante, lo había hecho con Namjoon, pero por alguna razón, cuidar de SeoKjin era más complicado.
—Mueren en batalla o mueren por tú entrenamiento.
—No digas nada—bufó—. Ve a casa con Mark, yo cuidaré del castillo.
—No, ve tú a casa y descansa, no has parado en días, ni siquiera has tomado un baño, anda, yo estuve con mi familia ayer.
Hoseok hizo una mueca. —No podré descansar aunque quisiera.
—Intentalo, estás haciendo un buen trabajo, pero te ves exhausto.
Estaba en lo cierto, se encontraba cansado, no había dormido, comido ni bebido, estaba acostumbrado a ello, en la guerra esas cosas eran lo de menos, pero, si quería permanecer en pie y fuerte ante lo que se avecinaba, necesitaba estar en óptimas condiciones. Suspiró pesadamente, asintió a Jackson quien le sonrió, tomó su espada y la guardó.
—Estaré aquí a primera hora por la mañana.
—Descansa Hoseok.
Se despidieron rápidamente, Jackson regresó al camino que le llevaba al castillo, él se quedó unos momentos viendo el campo de entrenamiento, estaba completamente vacío, suspiró pesadamente, todo aquel que abandonaba ese campo tenía un hogar al cual acudir, él no, tenía una casa pequeña cerca del castillo, la había adquirido cuando regresó a Scarlanding, la casa donde creció y vivió su hermana estaba abandonada, por nada del mundo iría a ese lugar, no cuando las paredes estaban plagadas de recuerdos dolorosos.

ESTÁS LEYENDO
El Rey Del Destino *HopeXiu*
FanfictionHan pasado años desde la lucha contra los rebeldes, muchas preguntas sin responder siguien atormentando las cabezas de los grandes reyes, quienes siguen creyendo que nada fue una coincidencia. El regreso de viejos aliados y la aparición de un reino...