CAPITULO XVI

2.1K 180 5
                                    

Aegon y Naerya estaban sentados en la cama con las piernas cruzadas mientras charlaban, ella en un momento tomó su mano y la acercó para poder verla.

—¿Y ésto? —pasó con cuidado su dedo por la herida que tenía en la palma de la mano.— Deberías tener la mano vendada si te has cortado así ¿Cómo pasó?—ella no podía creer que el joven no terminó de curarse del golpe en el burdel y ya tenía los moretones de los golpes de Aemond y una cortada nueva.

—Cosas que pasan cuando estoy borracho. —no era una mentira como tal, levantó su vista hacía ella pero la joven seguía mirando su mano.

—Últimamente vives borracho. —alzó la vista para encontrarse con su mirada.— Deberías aprender a moderarte. —acarició su mano.

—Encuentro insufrible la vida sin alcohol. —sonrió al sentir sus caricias.

—¿Encuentras insufrible estar conmigo? —se acercó a sus labios.

—Nunca. —quiso besarla pero ella con una sonrisa traviesa se apartó.

—Entonces no bebas cuándo quieras estar conmigo. —

Antes que él pudiera decir, o hacer algo, sintieron la puerta abrirse y era Aemond que se veía bastante molesto de verlos a los dos juntos en la cama.

—¿Qué haces en los aposentos de mi prometida y en su cama?—

—Estoy en los aposentos de mi hermana, —se levantó.— y estoy con ropa antes de que quieras insinuar algo más. Ya me estaba yendo de igual manera. —le había prometido que él no causaría problemas con su hermano y lo cumpliría. Se había puesto sus botas y cuándo se dirigía a la puerta se detuvo al notar el bordado de la mesa donde se podía ver claramente a Sunfyre.

Naerya miró a Aemond que no le quitaba la vista de encima a Aegon, ella se terminó levantando descalza para intentar apaciguar las aguas.

—Naerya tira sus bordados, si te interesa llévatelo pero vete ahora. —le habló serio.

—¿Puedo? —Aegon le sonrió a su hermana.

—Sí. —casi susurró.

Lo tomó y se fue antes de que Aemond dijera otra palabra más, no le tenía miedo, bueno, quizás un poco, pero más le importaba no darle problemas a Naerya. Aemond notó también una caja que no estaba la última vez que había ido a su cuarto, la tomó sin permiso y la abrió, dentro estaba un collar ostentoso muy contrario a lo que él le había dado que era simple y delicado, era claro que se lo había traído Aegon. Ella se había asomado a verlo porque no lo abrió antes, ni siquiera vio cuando lo dejó aunque no era raro, entró gritando y lo de menos era si dejaba algo o no en la mesa.

Ella lo sacó de la caja para observarlo mejor, era un trabajo impecable, tenía tantos detalles pequeños y prolijos, sin contar que adoraba el hecho que tuviera dos dragones a los lados, había quedado embelesada mirándolo hasta que recordó que Aemo...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ella lo sacó de la caja para observarlo mejor, era un trabajo impecable, tenía tantos detalles pequeños y prolijos, sin contar que adoraba el hecho que tuviera dos dragones a los lados, había quedado embelesada mirándolo hasta que recordó que Aemond estaba ahí y que ese era un regalo de Aegon.

Amor o DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora