Naerya es la hija mayor del matrimonio de Alicent Hightower y del Rey Viserys I. Muchos consideran que su belleza solo se ve opacada por su poco tacto, su carácter fuerte y su malcriadez. Ella es amante del juego de seducción y poco creyente del amo...
—La biblioteca no es para bordar. —Aegon la había encontrado sentada en el suelo entre el último librero y el fondo de la habitación.
—Es el lugar en el que menos personas me molestan. —le hizo un poco de lugar para que se siente a su lado, apenas cabían los dos.
—Nuestra madre estaba preocupada por ti. —
—Le dije a Sir Cole que estaría aquí para que ella no se vuelva loca. —
—¿A sir Cole? —alzó la ceja.
—Lo encontré de camino, nuestra madre suele mandarlo a ver si sigo dentro del castillo. —
—Igual, me refería a anoche, estaba llorando. —
—Habrá llorado de la bronca. —
—Se preocupa por ti y lo sabés. —
—Ella me odia. —
—No te odia, pero aún sigue ofendida de que te pusieras del lado de Rhaenyra aquella vez. —
—Sabés que no fue así. —
—Yo sí, ella no, si se lo dirías...—
—Nuestro padre me cortaría la lengua si lo hiciera, ni siquiera te lo tendría que haber dicho a ti. —
—Eso sería horrible, ¿cómo haría para besarte? —pasó su mano por su rostro.
—Eres un idiota. —aún despues de decirle así procedió a besarlo.
La última vez que se habían besado en aquel lugar Aemond los había descubierto, era un poco atrevido el volver a hacerlo allí. Él había bajado su mano hasta su pecho y cuando quiso bajarla más se clavó la aguja con la que ella había estado bordando, eso lo hizo quejarse y separarse, ella no pudo evitar reir de eso.
—¿No te duele? —comentó viéndole el labio partido.
—Sí, pero no lo suficiente como para no besarte. —
—Nuestro padre estará furioso si alguien nos descubre. —mencionó ella cuando él quiso besarla nuevamente.
—Aemond ya no se pasea por la biblioteca y él era quién pasaba más tiempo aquí. —
—Le prometí a él que sería discreta si hacía algo. —
—Ah, cierto, su compromiso, al menos no es con Jacaerys. —
—¿Sabías lo de Jacaerys? —
—Claro que sí, ¿con qué crees que me amenazaba nuestra madre para no ir a verte en Sunfyre? Me decía que si lo hacía te casaría con él. —ahora si volvió a besarla.— tu compromiso con Aemond me beneficia, puedo seguir teniendote cerca. —
—¿Y quién dice que yo te quiero cerca? —
—Tú misma me hiciste lugar cuando acababas de quejarte de la gente. —sonrió con orgullo.
—Eres un imbécil. —rio levemente.
—Lo sé. —
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