CAPITULO XII

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La joven estaba en sus aposentos sentada frente al espejo terminando de peinarse cuando Aegon había entrado de golpe y sin anunciarse como siempre.

—¿Quieres ir a volar conmigo? —preguntó apoyándose en la pared cerca de donde ella estaba sentada.

—No quiero que me vean así. —comentó señalando su ojo, cada día empeoraba en vez de mejorar según ella.

—Ese ojo morado no te quita lo hermosa que eres. —él siempre había señalado ese hecho así que insistía que no estaba enamorado de ella solo era sincero.

—Si tú lo dices. —sonrió y se acercó a él.— Vamos, te lo debo por haber hecho que te golpeen así. —había puesto su mano en su mejilla y paso el pulgar por la herida de su labio.

—Ah, no es nada, nadie había apuñalado alguien por mi antes, así que estamos a mano. —le sonrió.

—Espero no tener que volver a hacerlo. —bromeó mientras se apartaba.

Ambos habían subido a un carruaje para ir a Pozo Dragón, Aegon estaba absolutamente feliz, de niños nunca había aceptado ir a volar con él porque siempre insistía en hacerlo sola y esta vez ni siquiera había dudado, o bueno, quizás sí pero por otra cosa.

—Vas a romperlo de tanto jugar con eso. —comentó viéndola mover constantemente el dije de uno de sus collares.— ¿Algo te tiene nerviosa?—

—No es nada. —soltó el collar que le había regalado Aemond.

—Mientes. —la conocía demasiado y habían cosas que los años no habían cambiado.

—¿Y qué si lo hago? —

—Bien, no me cuentes, solo tenía curiosidad. —comentó mirando por la ventana.

—Sueles ser más insistente, ¿te pasa algo? —ladeo la cabeza mirándolo.

—No me pasa nada, solo que no creo que me digas nada aún si insisto. —no era eso lo que le pasaba pero no iba a confesar lo que había estado hablando con Helaena.

—Eso es muy inteligente de tu parte, me sorprende que hayas podido pensar. —se burló.

—Ja,ja, que graciosa eres. —respondió con sarcasmo.

Ella le dió un codazo, él respondió de la misma manera, al cabo de una rato eran ambos empujandose sin parar hasta que llegaron a su destino, salieron con el cabello y la ropa desarreglada, cualquiera podría haber asegurado que habían hecho otras cosas pero no, o al menos aún no.

Darkfyre era manso con ella pero no parecía muy cómodo con la presencia de Aegon y Sunfyre, aún así luego de algunas caricias de la joven pareció dejar de lado su irritabilidad.

—¿Te apetece una carrera? —Aegon propuso cuando ambos se habían subido al lomo de sus dragones.

—Bien, pero nada de atravesarte en mi camino, ni nada de fuego. —

—Que aburrida eres, pero bueno. —

Ella sabía que su dragón era malhumorado y nunca habían salido a volar con nadie más así que quiso prevenir cualquier inconveniente. Encontró eso más entretenido de lo que esperaba, ella era muy competitiva y habría querido ganar esa carrera pero Sunfyre era mucho más rápido, no sabía si porque era más joven o más pequeño o quizás Aegon era mejor jinete, aún así tampoco habían perdido por mucho, humillante no había sido pero esperaba ser ella quien gane en una próxima vez.

—Bueno, eso fue divertido. —confesó bajando de su dragón, él ya lo había hecho y la ayudó a bajar, en realidad quería una excusa para tenerla cerca.

Amor o DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora