TRIXIE
Al cabo de unos días mi herida se ve mucho mejor y aunque creí que iba a morir, Zack me demostró que simplemente estaba exagerando.
Me coloco un conjunto deportivo sencillo en color negro, ato mi cabello en una coleta y pinto mis labios con un cremoso lápiz labial rosado.
Salgo de mi habitación y camino escaleras abajo, pero en la mitad del camino mis sentidos se encienden al escuchar una voz conocida y familiar. ¡Es Santiago! Sonrío y bajo casi saltando de dos en dos escalones.
—¡Santiago! —chillo al verlo en la entrada saludando a mi padre que va de salida.
—Preciosa —dice extendiendo sus brazos cuando yo me estrecho contra su cuerpo y escucho las risas de mi padre.
—Como te extrañe ¡joder! —susurro en su oído.
—Y yo a ti, preciosa
Me alejo y saludo a mi padre quien me da un beso en la frente.
—Yo voy de salida, nos vemos en la noche, muñeca —se despide.
—Adiós, papá.
No puedo evitarlo ni contenerme y abrazo a Santiago con mucha más fuerza. Lo he extrañado muchísimo, desde que se fue a México a vivir sus visitas son menos constantes y eso me pone triste porque es como si pese a querernos nos hubiéramos roto de alguna manera.
—¿Dónde ibas? —cuestiona, mi amigo una vez llegamos al patio.
Nos sentamos en uno de los sillones exteriores que nos da una bonita vista al patio, las flores y los árboles que adornan el exterior de la propiedad dándole un toque de naturaleza.
—Estoy metida en un lio —resoplo.
—Dime algo que sea novedad —se burla y le tiro un cojín.
—Fingí tener un guardaespaldas. Mi papa quería contratarme uno, pero yo hice que contratara a un amigo mío
—¿Amigo? —enarca sus cejas y entorno mis ojos causando su risa.
—Lo conocí el día en el que me robaron y desde ese momento es mi amigo
—¿Te robaron?
Asiento y le cuento todo del día en el conocí a Zack. Santiago parece entusiasmado por mi historia y hasta luce como una vieja chismosa queriendo saber cada uno de los detalles.
—Joder, preciosa, tus ideas me dan miedo —musita fingiendo escalofríos—. Y por esos ojos saltarines sé que estás tramando algo.
Me muerdo el labio y desvío la mirada.
—Trixie...joder, ¿te quieres follar a tu guardaespaldas? —cuestiona con una ceja en alto.
—Hare que se arrodille ante mí...
—Y no para rezar, preciosa —añade, pícaro—. ¿Por qué?
—Porque me rechazo
Niega mientras se ríe.
—Mientes —replica—. Te gusta, preciosa
—Un poquito...
—No pensé vivir lo suficiente para escucharte decir esto
—Las personas cambiamos —me encojo de hombros.
—Las personas solo cambian con la persona correcta —aclara— Y, creo que a ti te llego
Niego, asustada. Vale, soy más de las que cree en sexo casual que en una relación, matrimonio e hijos.
—Ya, basta, no quiero hable más de Zack
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Inevitable Atracción
RomanceTrixie no buscaba el amor ni creía en los sentimientos del corazón, sin embargo, el destino hizo que un hombre de preciosos ojos azules apareciera en el momento indicado para ayudarla. Por otro lado, Zack tampoco buscaba el amor. Estaba soltero, co...