CAPÍTULO 2: PLAN

8.6K 431 7
                                    


TRIXIE

Al día siguiente, los rayos del sol se filtran por mis cortinas y apuntan directamente a mis ojos. Sonrío mientras pestañeo unas cuantas veces, tengo muy buen humor. Todo eso se debe al plan que mi hermosa cabecita hizo, listo para ser ejecutado.

El plan consiste en tener un gorila guapo y joven llamado Zack Hernández, que sobre todo no me controle. Eso me hace feliz, me tiro de la cama y doy brinquitos de alegría.

Entro a la ducha y me doy un baño largo. Después voy a mi closet, trato de buscar algo no muy caro para el lugar al que voy y lo único que encuentro es un calentador, muy pasado de moda de Gucci. Lo miro y decido que es ideal. Me visto, me hago una coleta, me pongo un labial fuerte color rosado y me enchino las pestañas.

Salgo de mi habitación y bajo directamente a la cocina donde me encuentro con mi padre quien lee el periódico como todas las mañanas. Cuando me siente entrar lo dobla por la mitad y lo pone a un lado.

—Hola, muñeca mía —saluda y me brinda una de sus espectaculares sonrisas.

Me acerco como niña chiquita a él y deposito un suave beso en su mejilla. Hago caras cuando su barba me pica y mi padre se ríe.

—Deberías quitártela te verías más joven —propongo mientras me siento.

—A tu madre le gusta, muñeca, y la mujer siempre manda

Mi padre pese a ser uno de los empresarios más ricos, nunca ha olvidado que en la vida también tiene una familia y jamás ha puesto a su familia por debajo de su empresa. Somos su prioridad. Es un hombre equilibrado que ha sabido mantener el margen en todo, es exitoso, rico, amoroso y el mejor papá y esposo del mundo.

—Voy a hacer entrevistas para escoger al hombre que cuidara a mi hermosa muñeca —volteo los ojos, pensé que se le cambiaria la idea. Pero, no importa yo tengo un plan y mis planes nunca fallan—. Trixie, es por tu bien. No me perdonaría si algo te llega a pasar, eres mi vida completa y por ti vivo —me regaña.

Sonrío y asiento. Ver el brillo en sus ojos me hace ceder a todo, amo a mi padre.

—Ok, lo acepto —expreso rendida y le sonrío a la chica de servicio por colocarme el desayuno que tanto me gusta: unos panqueques y un bowl de frutas.

—¿Vas a salir?

—Al gimnasio con Olivia

Mi padre tuerce el gesto y dispuesta a obtener mi objetivo insisto con ojos de gatito con botas, cristalizándolos siempre obtengo lo que quiero.

—Por favor, deja que sea mi última salida antes de tener un gorila mastodonte a mis espaldas —suplico

Él suelta una carcajada y después de un largo suspiro acepta.

—Está bien, pero no me tortures con esos ojos de gatita —pide y ahora la que ríe soy yo— siempre y cuando llegues temprano —advierte.

—Te amo, te amo, te amo —murmuro con voz melosa.

Cuando llega mi mamá, la saludo, ella hace lo mismo. Comenzamos a desayunar con normalidad hasta que como la boca de mi mama no tiene filtro y su lengua no tienen huesos, con suspicacia lanza su comentario.

—Muñeca, vas al gimnasio ¿verdad? —pregunta y asiento—. Ya era hora, te están saliendo rollitos. Dios, eso no es estético —exhala, con exageración y me contengo apretando mis manos sobre mis muslos—. Parece que has subido de peso, Trixie, tu cara esta más redonda y grasosa —expone mis defectos y la crueldad de sus palabras me hace tragar grueso.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora