CAPÍTULO 6: CUENTOS DE HADAS

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TRIXIE

A las seis de la mañana ya me encuentro lista. Un conjunto deportivo se ajusta a mi figura. Algo me dice que Zack me tiene muchos retos, donde quiere ver que tan resistente soy, hasta yo quiero verlo, nunca he tratado con niños y eso me asusta bastante, aunque para ser sincera levantarme a las cinco de la mañana para alistarme ya fue un reto muy grande, pero lo logré, hasta me pude hacer mi propio desayuno justo el que estoy degustando en este momento.

Mi teléfono vibra y enseguida la pantalla se aclara:

Zack: ‹‹Estoy en la puerta››

Sonrío, es puntual. Termino mi desayuno, dejo los platos en el lavaplatos y salgo enseguida de la casa. Atravieso el patio hasta llegar a la entrada, abro la puerta pequeña y me asomo con detenimiento. Pero, de pronto lo veo montado en una moto y trago grueso.

—Hola —susurro.

Me paro a un costado de su moto y sonrío con nerviosismo.

—Hola, ¡vamos, súbete! —me ordena.

Enarco mis cejas, niego con mi cabeza y cruzo mis brazos sobre mi pecho. Bien, de pequeña me inscribí a equitación. Al final, el caballo termino odiándome y yo a él, todas estas cosas de montar no se me dan, bueno... excepto a los hombres.

—¿Les tienes miedo? —el tinte de su voz es de burla y al final termina riéndose de mí.

—Miedo no, desconfianza si y esa cosa con dos llantas no me dan seguridad —musito enojada.

Zack toma mis manos y me atrae hasta tenerme más cerca de su cuerpo y de la cosa de metal.

—No te dejare caer, lo prometo. Sentirás mucha adrenalina

Resoplo.

—¿Puedo ir en mi carro?

—No. Tratos son tratos, vienes conmigo en la moto de Adrián porque mía no es

—¿Lo hiciste solo por molestarme? —enarco una ceja y me doy cuenta de que él sonríe como un niño atrapado en plena travesura, ¡desgraciado! —. Te odio, ahora yo necesito una jodida aspirina para soportarte

Zack mete su mano al bolsillo de sus vaqueros y me tiende una. Jadeo, ofendida.

—Agua no tengo —se encoje de hombros, es tan travieso que tiene esa sonrisita burlona, pero sexy.

Gruño molesta. ‹‹ ¿Cómo se atreve a reírse siempre en mi cara? ›› Le doy un manotazo a su mano tendida con la pastilla, como una buena ofrenda de su parte y niego. Es que Zack me descontrola y en un arrebato de ira me subo a la moto.

—Si me muero es tu culpa —amenazo.

Zack me regresa a ver sobre el hombro y sonríe. Sin decir ni una sola palabra me tiende el casco, cuando estoy lista y segura; enciende la moto haciéndola sonar. De pronto, tengo miedo.

—Sujétate ¡fuerte! —advierte y asiento.

Paso mis brazos por debajo de los suyos y rodeo su tronco anclándome con fuerza. Mi mano queda a la altura de su corazón y una corriente se trasmite a todo mi cuerpo, tanto que siento revolotear mi estómago y mi pecho alocarse.

—¿Lista? —pregunta con un tono cálido en su voz volteando ligeramente hacia mí.

Pero, antes de que sea capaz de responder arranca y pego tremendo grito, clavo con fuerza mis dedos en su camisa y cierro mis ojos. Un escalofrió me recorre y no logro identificar si es de la adrenalina que menciono Zack o del miedo que estoy sintiendo en este momento. Solo sé que lo voy a matar.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora