CAPÍTULO 35: COMPROMISO

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TRIXIE

‹‹No te preocupes, mi amor. Reservé un restaurante, me avisas y paso por ti››

El mensaje no deja de dar vueltas en mi cabeza y pese a que no pude responder porque Liv me arrebato mis cosas lo tengo rondando en mi mente sin descanso alguno.

—Si te invitó debes estar guapa —me advierte Liv mientras termina de ponerse crema en sus piernas después de una sesión de masajes.

—Siempre estoy guapa —gruño tirándole una toalla.

—Lo sé —me guiña—, pero siempre se puede estar mejor y el vestido que compraste es perfecto para la ocasión.

—Creería que eres una bruja —achico mis ojos.

—Una bruja hermosa —presume—. Puedes arreglarte en mi casa y así sorprendes a tú hombre que ha planeado una cena romántica

—Nunca hemos cenado de esa manera, algo formal y romántico, ¿sabes? —comento.

Es nuevo, diferente y hasta extraño.

—Pues qué bueno que se ha puesto inteligente.

—¡Liv! —chillo y ella se ríe.

—Ok, no digo nada. Pero, tienes que ponerte más guapa de lo que ya eres.

Me río porque mi amiga está muy emocionada y no entiendo el motivo. Terminamos de vestirnos y salimos del spa. Nuestro día de chicas ha finalizado. El masaje me relajo, pero el día en general me ha cansado.

Liv maneja a su casa mientras no deja de hablar, le pregunto sobre Max y solo niega. Entiendo y cambio de tema. Al llegar a su casa no hay nadie más que las personas del servicio. Subimos a su habitación y como dueña de su cama me tiendo en ella y no tardo nada en caer en un profundo sueño.

—Es hora de levantarse

—¡Déjame en paz! —gruño.

—Zack está esperándote y también llamando como loco

—¿Qué? —balbuceo, somnolienta.

Me giro y dejo caer mi espalda sobre el colchón.

—Te invitó a cenar, ¿lo olvidaste?

Niego y remojo mis labios que están secos.

—Lo recuerdo perfecto —me estiro para aflojar mis músculos entumecidos.

—¡Me parece bien! ¡Ahora, arriba! ¡Arriba! —da palmaditas y maldigo.

Tira de mí y me paro a regañadientes. Me ducho y minutos después Liv se encarga de hacer magia por mí. También trae comida porque mi bebé pide y necesita alimentos.

Le escribo a Zack y le mando la dirección de mi amiga por sí no lo recuerda.

Estoy maquillada de manera natural, aunque con un intenso labial vino impregnado en mis labios.

Liv me ayuda a ponerme el vestido blanco que compre en la tarde. Es pegado al cuerpo hasta por debajo de las rodillas, el escote es recto, pero una tira de tela cruza desde mi pecho izquierdo a mi hombro derecho. Sencillo, pero sensual y elegante. Me coloco unas sandalias del mismo color con un taco no tan alto y decoro mis orejas con unos pendientes largos, añado un par de pulseras y anillos.

—Eres hermosa —susurra Liv parada a mis espaldas y viéndome a través del espejo.

—¿Crees que a Zack le guste?

Ujúm, ese hombre se infartará y querrá arrancarte ese vestido.

Me río. Mi cintura pronunciada y mis caderas anchas hacen que mi cuerpo tenga unas curvas bonitas que muy pronto desaparecerán cuando el ser que llevo en mi interior crezca y empuje a todos mis órganos para hacer su propia casa.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora