CAPÍTULO 43: RECONCILIACIÓN

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TRIXIE

Su pecho es calientito y firme.

Ayer, después de muchas noches sin poder conciliar el sueño, pude dormir sin problemas. Llevaba noches enteras llorando hasta quedarme dormida. Sí bien no quería perdonarlo tan rápido la tarea se me hizo imposible, lo amo con todo mi corazón y es inmaduro no darle una oportunidad cuando ha sido tan lindo conmigo por tanto tiempo.

Y bueno, sí miramos su mentira desde diferentes perspectivas no es tan negativa que digamos ‹‹Solo es millonario, jodidamente rico››, me sisea mi mente y le doy la razón. Pagar tantos millones por unas acciones solo por protegerme, me hace sentirme como la protagonista de mi propia historia. Pero, ahora comprendo muchas cosas, desde el simple celular que una vez me dijo que estaba reparando hasta el viaje que costeó a España.

‹‹Es muy bueno mintiendo››, me dice mi cabecita como sí no lo supiera. ‹‹Pero, también es bueno en otras cosas››, vacila mi interior y sonrío. Los recuerdos de la noche anterior me asaltan sin reparo.

Miro su torso desnudo y me muerdo el labio. Es tan tentador que no tiene que hacer nada para verse irresistible. Su abdomen es marcado y esa v, apenas cubierta por la sábana, da rienda suelta a mi imaginación. Con cuidado me subo a horcajadas sobre su abdomen y él se remueve, pero no abre los ojos. Sonrío, me inclino y beso su cuello, su mentón y antes de llegar a su boca, clava sus manos en mis caderas y me detiene.

—Quieta —pide con la voz ronca y me eriza todo mi cuerpo desnudo.

—¿O sí no qué? —lo reto. Abre sus ojos y con rapidez me voltea quedando sobre mí—. ¡Mierda! ¡No hagas eso! —reclamo, impresionada.

—Joder... —masculla entre dientes, se agarra la cabeza y cae sobre sus espaldas a mi costado, dónde antes estaba.

—¡¿Qué paso?! —inquiero preocupada y me siento en la cama.

—Me mareé —sisea con los ojos apretados—. El movimiento fue brusco

Aprieto mis labios para no reírme, pero me es imposible y termino haciéndolo, ganándome una intensa mirada de esos ojos azules.

—¿Qué es tan gracioso?

—Pareces un viejito, mareándose por todo

—¿Viejo? —enarca sus cejas y solo con su mirada me pide tenerme a horcajadas y lo complazco—. Apenas tengo 31 años

—Pronto 32 —corrijo acariciando sus pectorales y sintiendo su firmeza en la yema de mis dedos—. Yo apenas cumpliré 26

—Soy lo suficientemente joven para darte orgasmos como los de ayer —presume y volteo los ojos—. ¿Por qué esos ojos? —inquiere, divertido.

—Porque eres un presumido y engreído

—¿Acaso presumo algo que no es verdad?

—Presumes algo de lo que eres el dueño absoluto —susurro, mimosa. Él feliz con mi respuesta, me toma del cuello y une nuestros labios en un beso intenso y profundo que en un par de segundos nos deja sin aire—. Aún me debes explicaciones —jadeo sobre su boca y él se apoya sobre la almohada mientras me quedo a horcajadas.

—Lo sé, cariño. Pero, tenerte desnuda me desconcentra

Me río, miro mis pechos y me encojo de hombros.

—Peor para ti, sí dices más mentiras de las que ya me has dicho, ten muy presente que esta será la última vez en tú vida que me tengas así

—¿Sexy, atrevida y desnuda?

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora