CAPÍTULO 24: DE UN TE QUIERO A UN TE AMO

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Solo puedo decir que disfruten el capitulo.

Perdonen a Zack o denle ideas para el perdón de Trixie. 

Besitos. 

ZACK

Nadie toca lo que es mío. Nadie lo piensa. Nadie lo mira. ¡Nadie le hace daño!

Termino de acomodarme la chaqueta del traje y dejo un beso en la cabecita de Trixie quien duerme como una tierna osita acurrucada en mi cama. Suspira al sentir el leve contacto y sonrío.

Repaso con mi vista la laptop con la nota escrita a mano por mí y niego mientras salgo de la habitación en silencio.

Para colmo después darle clases que claramente no presto atención, le hice una presentación cuando habitualmente son las secretarias de mi empresa las que lo hacen por mí.

‹‹Esa mujer es mi jodido y maravilloso karma››

Prometí amarla y aun no entiendo mucho el significado de aquello porque nunca he amado a alguien al punto que sienta que la respiración se me atora en la garganta si la escucho llorar. Pero, ella comienza a ser ese ‹‹te amo›› cada vez más intenso y real. Sinceramente, no comprendo en qué momento una rubia loca que me da por el hombro se adueñó del control completo de mí.

—¿Tan temprano? —Margarita me intercepta en el patio—. ¿Dónde está Trixie?

Me extiende un vaso desechable con el café de la mañana, un detalle que nunca olvida.

—Buenos días, Tita —le sonrío mientras agarro el vaso—. Trixie está dormida, iré a solucionar un par de asuntos.

La que es casi como una segunda madre para mí suspira con pesadez y se cruza de brazos adoptando esa posición, modo de regaño.

—¿Cuándo le dirás?

—Pronto, no me presiones, mujer —la miro con seriedad y ella niega—. Antes debo ocuparme de algo

Da un paso hacia mí y lleva una de sus manos a mi mejilla.

—Confío en que le dirás la verdad, pequeño

—Lo haré —tomo su mano y dejo un beso en su torso—. Nos vemos en un rato

Asiente. Sin embargo, sé que no está de acuerdo con mis decisiones y la manera en la que estoy actuando con Trixie, con mis mentiras, mis secretos y mis sentimientos. Margarita es prácticamente mi madre y una madre siempre conoce a su hijo.

Salgo de la fundación encontrándome con Adrián arrimado a mi camioneta. Cruzado sus piernas y sus brazos y cubriendo sus ojos con unas gafas negras que se retira apenas entro en su campo de visión.

—Hola, jefecito —silba con un tono burlón y resoplo—. A este paso me aburriré de estar solo en la piscina de tu casa

Elevo mis cejas por inercia mientras me aproximo.

—¿Usas la piscina de mi casa? —inquiero, indignado.

Se encoje de hombros como si no estuviese haciendo nada malo. Realmente no lo es hasta cuando vuelve a abrir el pico.

—También el sauna, el turco y tu enorme cama king size

—¿Duermes en mi cama?

—Bueno, dormir exactamente...

Alzo mis manos para que no termine de decir cualquier estupidez que vaya a decir, porque si no duerme como una persona normal... ¡folla! ¡en mi cama!

—Aunque después del cardio...

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora