ZACK
Una vez dentro de la limosina, Trixie me quita la camiseta salpicada de sangre y me deja de la cintura para arriba desnudo.
Desde mi posición la observo, su cuerpo reacciona a mi desnudez y no lo oculta, se pone roja. Me causa ternura, pero no digo nada.
Se encarga de limpiarme el rostro y cuidar de mí. La admiro y me alegro tanto de habernos reconciliado, porque no hubiera soportado que ella se vaya con otro. Hubiera sido mi fin, aunque después de todo lo que me dijo sé que lo único que ella planeaba era darme celos y hacer que yo actué y lo hice.
¡Joder, hice una escena solo por ella!
Siendo hombre es cerebralmente imposible notar las dobles intenciones de ciertas diablas llamadas mujeres. Pero gane algo a cambio, y fueron sus dulces palabras.
—Estoy enamorada de ti —confiesa y sonrío—. No me juzgues se llama enamoramiento instantáneo. Es como las sopas de fideo instantáneo —me guiña y estallo en una carcajada por sus ocurrencias.
¿Sopas de fideo instantáneo? ¡Ay, mi amor!
Me llevo al límite, me llevo a sus garras y yo encantado de dejarme matar por ella. Termina de limpiarme y reacciono en segundos subiéndola a horcajadas sobre mi regazo.
—Has volcado mi mundo entero —expreso.
Rodeo su diminuta cintura con mis brazos y la atraigo hacia a mí.
—Has cambiado mi vida, mi amor —dice y lleva sus manos a mi cuello.
¡Joder!
Nunca una palabra me había sonado tan deliciosa. Pero un mi amor de Trixie me hace alucinar mucho más que el hecho que este sobre mí.
Su vestido se arremolina en su cintura. Sus muslos rozan la tela de mi pantalón y su entrepierna cubierta por esa pequeña braga de encaje se roza en mi entrepierna y jadeo.
Una de mis manos empuña su cabello y la beso. Nuestros labios se unen y nuestras lenguas comienzan a jugar peligrosamente. Cada segundo que pasa y nos besamos con más vehemencia, somos apasionados en cada uno de nuestros movimientos y basta esos simples besos para encendernos como hogueras a fuego puro.
Deslizo la mano de su cabello por su desnuda espalda y la acaricio suavemente, un débil gemido abandona sus labios. Abre sus ojos y los enfoca en los míos. Está tan bonita. Sus pupilas dilatadas, su respiración agitada, su cálido aliento escapando de sus labios entreabiertos. Sonreímos en total complicidad y volvemos a besarnos.
Con mis manos toco sus piernas, las acaricio y llego a su trasero. Lo presiono contra mi miembro haciéndola maldecir en mi boca y sonrío complacido. Estamos demasiado excitados como para frenar lo que estamos a punto de hacer y soy yo quien lo pide:
—Fóllame, muñeca.
Ella se aleja y me sonríe altanera.
—Pero has sido malo —pone cara de inocente y hace un mohín que solo me la pone más dura.
Provocadora. Mi palma se estrella contra una de sus nalgas y un gemido sale de la boca de Trixie seguido de una risita nerviosa.
Ignorando su ‹‹has sido malo››, anclo mis manos a su cadera y la muevo contra mi dura entrepierna. Aquel movimiento rítmico nos hace jadear. Su humedad traspasa la tela y aprieto mi agarre al sentir como cada uno de mis músculos se tensan.
—Hazlo, muñeca —ruego—. O juro moriré —suplico, desesperado.
Ríe y asiente. Ahora mi nena tiene el poder. Sus manos abren rápidamente mi cinturón, bajan el cierre y se encarga de liberar mi miembro erecto con mi ayuda. Se levanta un poco y haciendo su braga a un lado se deja caer sobre mí. Empalmándose de mí y diablos...
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Inevitable Atracción
RomanceTrixie no buscaba el amor ni creía en los sentimientos del corazón, sin embargo, el destino hizo que un hombre de preciosos ojos azules apareciera en el momento indicado para ayudarla. Por otro lado, Zack tampoco buscaba el amor. Estaba soltero, co...