CAPÍTULO 56: CUSTODIA

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Lo que está entre los puntitos o cursiva es un recuerdo de Zack

Disfruten el capitulo.

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Los amo, besitos, Jediva

ZACK

El proceso del juicio fue más largo de lo que Trixie presenció, por nuestras amistades y conocidos en la corte logramos mantenerla fuera por un tiempo, hasta que se realizó la audiencia en la que tuvo que estar presente. Aunque, en realidad el juicio empezó al día siguiente de que esas mujeres fueron detenidas.

La mantuve lejos porque tenía miedo verla derrumbarse y frente a ella me mantuve lo más fuerte posible. Aun así, cuando no me vio me quebré como nunca pensé hacerlo.

°°°

Ha pasado tres semanas desde el momento en el que descubrí que mi amiga de casi toda una vida había provocado la perdida de mi bebé. No creía pasar de un sentimiento de amor a uno de completo odio en un instante. Eso no costo nada, ahora me duele asimilarlo como mi realidad y tratar de entender los motivos que la llevaron a hacer algo tan bajo. Quitarme mi bebé es algo que no olvidaré nunca, aún recuerdo lo emocionados que estuvimos con la noticia y aún conservo la ecografía que Trixie me dio.

—Ahí está —señala un punto en la imagen blanco y negro—. Aún es pequeño, pero todo va bien con él o ella

Veo la imagen por unos segundos sin encontrar una forma exacta, solo aprecio la silueta de un fréjol.

—No veo nada

Suelta una risa.

—Tienes razón, pero ahí está, eso dice mi doctora —se encoje de hombros y sonrío—. Con el tiempo lo veremos mejor

—No me quedan dudas, ¿puedo quedármela?

—Sí, amor —ella me sonríe ampliamente.

Salgo del recuerdo y la sensación que deja en mi pecho es destructiva. Las lágrimas resbalan por mis mejillas y cierro los ojos para buscar un poco de alivio. He contenido mis sentimientos por tanto tiempo que exploto, boto todo lo que está sobre mi escritorio y esto se estrella contra el piso. Los papeles vuelan por los aires, mi computadora golpea el piso y mi coraje solo va en aumento. Siento el sabor salado de mis lágrimas en mis labios, mi garganta arde y quiero dejar de sentir el vacío en mi pecho, pero me es imposible. Golpeo lo que se atraviesa en mi paso, me muevo por la oficina y como un huracán destruyo todo lo que está cerca de mí hasta que me rindo, me quedo sin energía y caigo en un rincón. Pasan unos minutos y alguien abre la puerta, no me intereso en ver.

—Zack, joder —sisea, Adrián—. ¿Qué paso?

Alzo mi mirada al escuchar su voz y no respondo.

—Anda, párate —pide, se acerca a mí y niego—. Joder, no seas necio, que no tengo paciencia

—¿Cómo pudo hacerlo?

—¿Jessica? —inquiere, se pone de cuclillas.

Asiento y él me extiende la mano para que me ponga de pie.

—Porque se obsesiono, porque está loca

—¿Cómo sigue Tita? —cuestiono.

Margarita fue como una madre para todos, aún lo es con cada niño que llega a la fundación. Ella se encariña y los ama con todo su corazón. Sin duda esto es un golpe para ella.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora