El vampiro se separó apenas a centímetros de los labios del menor, quien ya tenía la respiración agitada y un enorme rubor cubría sus mejillas.
― Ven aquí, niño.
Zack estaba disfrutando la situación actual a tal punto que ignoró el hecho de haber sido llamado "niño" y obedeció las palabras del mayor, se levantó y en su lugar tomó asiento en las piernas del vampiro.
No perdieron un momento más antes de volver a besarse mientras las manos de Alucard acariciaban la espalda y cintura del joven, provocándole escalofríos de placer con cada caricia.
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― Viejo y todo, pero ¿senil? nada.
Zack observó a su alrededor el fondo completamente negro con algunos puntos blancos junto a montones de cosas flotando, desde una iglesia hasta un oso de peluche. Su mirada terminó posada por el joven frente a él, era como un reflejo suyo de hace unos años, pero con cabello rubio y ojos ámbar, brillantes como ninguno que haya visto antes.
― ¿Qué...?
― De haber sabido que nos gustaría tanto, habría intentado encontrar este sitio antes.
― ¿Qué sitio? ¿De qué hablas?
Aquel menor lo ignoró por completo y siguió con sus divagaciones.
― Creo que el no tener papá hizo que nos gustara un anciano.
― ¿Nos gusta un anciano? Dios, no entiendo.
― Nunca me habías llamado Dios, gracias. Y respondiendo a eso, si querido, nos gusta.
― ¿Pero qué...? ¿Cómo es que...?
― ¿Cómo estoy tan seguro? Bueno, soy el reflejo de todos tus deseos, y sé perfectamente lo que queremos.
― Pero -
― Ya, largo de aquí, interrumpes tu propia paz mental.
Fue empujado con fuerza y sintió que caía de un sitio extremadamente alto.
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Zack despertó de un sobresalto y permaneció quieto durante un rato, procesando el estado actual en el que se encontraba y el cómo había llegado a su habitación.
Se sentó en la cama mientras jadeaba producto del dolor que recorrió su espina dorsal, y al parecer su espalda era un sitio agradable, ya que el dolor permaneció allí con fuerza.
Llevó una mano a su cuello mientras un escalofrío recorría su torso desnudo, soltó un corto quejido de dolor.
Recordaba perfectamente lo que había ocurrido.
Recordaba de manera vivida la forma en que Alucard lo embestía tan solo horas antes, la manera en que presionaba su cuello con tanta fuerza que había momentos donde se quedaba sin respirar, la forma en que su mente se nubló de tanto placer y el enorme llanto que eso le provocó. Su cuerpo incluso temblaba un poco producto de toda la violencia con la que fue tratado, y es que le había fascinado.
Aunque claro, eso traía un gran problema. ¿Cómo debía tratar al vampiro después de algo así? ¿Debía pretender que nada había ocurrido, decir que había sido un error? ¿Esconderse y evadirlo tanto como le era imposible? ¿Cómo debería esconderse de algo que atravesaba paredes?
Se acomodó con cuidado en la cama para volver a dormir, estaba agotado más física que mentalmente. Necesitaba dormir con todas sus fuerzas.
Alucad se encontraba sentado en su habitación, listo para dormir el resto de aquel día. Estaba satisfecho a un nivel increíble, lo había conseguido, había deseado arruinar a su joven maestro desde que lo había conocido y al fin lo había conseguido.
Verlo llorar y suplicar mientras un hilillo de saliva escapaba de sus labios y perdía la cordura gracias al placer había sido una experiencia como ninguna otra. Al fin lo había visto fuera de su papel de joven serio, perfecto y hasta un tanto arrogante para conocer su versión más sumisa e incluso llorona.
Estaba curioso acerca del como aquel joven iba a reaccionar a su presencia de ahora en más, pero ya lo averiguaría al despertar.
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Bella caminaba por las calles del centro de Inglaterra mientras leía un libro que había tomado prestado de la biblioteca de la mansión. Iba a aprender herbolaria para poder ser más útil para su maestro, que ella regenerase no significaba que todos lo hicieran.
Tropezó con alguien más y cerró momentáneamente el libro para disculparse apropiadamente, pero se mostró desconcertada por las hojas en blanco regadas en el suelo y a la joven que comenzaba a recogerlos mientras se disculpaba por ser tan torpe, no habían tropezado tan fuerte, ¿o sí?
― Lo siento, de verdad, lo siento, hice un desastre.
La joven de cabello cobrizo comenzó a recoger algunas hojas que tenía cerca, no se detuvo incluso cuando la escuchó mencionar que no hacía falta.
― No pasa nada, yo iba más distraída.
Bella le entregó las hojas a la chica y continuó con su camino, sin embargo, se vio interrumpida por la joven.
― ¡Disculpa! Muchas gracias, eh...
― Bella.
― Bella, si, Bella. Muchas gracias, soy Marie; mucho gusto.
― Mucho gusto.
― ¿Puedo invitarte un café para agradecerte?
― No, no hace falta.
― ¿Ayudarte en algo al menos? Me siento mal al haber hecho un desastre.
- No, gracias, de nuevo, no hace falta.
― ¡Bella!
La mencionada giró en dirección a la voz y sonrió al ver a Victoria prácticamente corriendo hasta ella.
― Por dios querida, mira la hora que es, vamos a casa.
― Entonces, fue un gusto, Marie.
La menor avanzó un par de pasos junto a la rubia antes de escuchar a Marie casi gritando, aunque la distancia no era tan grande.
― ¿Nos vemos otro día? ¡Hay que ser amigas!
― Veremos.
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― No me da buena espina.
― Dijo que quiere ser mi amiga.
― Pero, aun así, ¿no fue muy sospechosa la forma en que tiró hojas en blanco apenas tropezó contigo?
El par de féminas se encontraban en el jardín de la mansión, Seras recostada en el césped y Bella sentada a su lado.
― Es la primera persona que me pide ser su amiga.
― Ah, yo no cuento.
― Es distinto.
― Como tú digas.
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Héritier (Alucard)(Hellsing)
ФанфикAlucard x Male OC Debía hacerlo, incluso si no era lo que deseaba. No tenía otra opción, sabía que tarde o temprano ocurriría, la terquedad humana lo hacía evidente. Ya no se trataba de sus deseos, se trataba de la necesidad del mundo. Hellsing no p...