Gentilmente, Alucard puso a su amo en el suelo y usó una de sus manos como almohada para el joven, suspiró y lo abofeteó un par de veces. El joven no reaccionó como era de esperarse.
―El diablo los crea y ellos se juntan, ¿eh?
El vampiro miró al ejército de sacerdotes y paladines que se había reunido a su alrededor en segundos, no necesitó girar para notar a Aksel de pie frente a todos, sonriendo con una espada en las manos.
―Regrésame a mi hermano, bestia del demonio.
―Me temo que no será posible.
El de hebras negras bajó la mirada a su amo y acarició su rostro, necesitaba estar guapo, digno y presentable como acostumbraba a verlo.
En un pestañeo el vampiro desapareció, y antes de que todos pudiesen reaccionar, re apareció con su joven maestro aún inconsciente, pero vestido en su mejor traje negro, con gabardina y los anillos que recibió como regalo en su cumpleaños.
Nuevamente lo recostó en el suelo mientras repasaba la situación actual para determinar en milisegundos que era lo mejor para Zack.
Podía dejarlo en la mansión y encargarse de todo, pero no tenía suficientes almas en su arsenal, y si bien confiaba en Seras, no era suficiente confianza para dejar en las manos de la rubia su posesión más preciada. No tenía más opciones que tenerlo junto a él y protegerlo de todo.
Observó a Aksel acercarse a él y tomó posición defensiva mientras sacaba sus armas. Incluso si no servían de mucho, algo harían.
En menos de cinco segundos, el paladín ya estaba detrás de Alucard recibiendo un disparo en cuanto intentó tocar a Zack.
―¿Crees que te lo dejaré tan fácil?
―Eso es lo divertido.
Intercambiaron sonrisas y en segundos la pelea entre ambos empezó, estaban igualados en regeneración y fuerza.
Lo más complicado era proteger a Zack de los disparos de los demás sacerdotes mientras golpeaba y disparaba al rubio.
Las balas volaban, los tiros resonaban y la sangre del paladín escurría mientras recibía incesantes golpes de parte del vampiro, y lograba acertar algunas patadas, pero lo demás era evitado por el mayor.
―¿Sabes que nos diferencia, Aksel?
La respuesta recibida fue una risa y el más joven escupiendo sangre antes de limpiarla con el dorso de su mano.
―La jodida experiencia.
Alucard no era alguien que pateara, por supuesto que no, contrario al joven paladín. Sin embargo, bastó darle un puñetazo en el abdomen para alejarlo unos metros, tuvo tiempo suficiente para recargar sus armas y echar una mirada a su amo quien a este punto solo dormía plácidamente y parecía seguir en éxtasis.
El pequeño Dante corría por las calles de Londres, asustado y perdido mientras se aferraba al maletín con todas sus fuerzas, como si su vida dependiera de ello. Hata que sintió un par de brazos cargarlo y correr más rápido que él, miró hacia arriba y se encontró con el rostro de la hermana Bella que lo miró y sonrió gentilmente, murmurando que hizo un buen trabajo. Desvió los grandes ojos de ella hacia la hermana Victoria quien corría por los techos y brincaba ágilmente con muchas cosas en las manos que el menor no lograba distinguir.
Al detenerse, entendió la seña de Bella para entregarle el maletín a ella. Ciertamente la joven estaba aterrada, no había probado las armas y debía depositar toda su confianza en ellas ahora mismo.
El joven paladín corrió al vampiro en cuanto recuperó el aire y saltó usando a un sacerdote como palanca, para intentar rebanarlo desde arriba, por supuesto que su arma retrocedió por el disparo tan fuerte del vampiro quien solo lo miró y sonrió. Definitivamente haría falta mucho más que eso para matarlo.
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Héritier (Alucard)(Hellsing)
FanfictionAlucard x Male OC Debía hacerlo, incluso si no era lo que deseaba. No tenía otra opción, sabía que tarde o temprano ocurriría, la terquedad humana lo hacía evidente. Ya no se trataba de sus deseos, se trataba de la necesidad del mundo. Hellsing no p...