― ¿Sabes, Marie?
Ambas féminas se encontraban sentadas sobre una manta color roja, cerca de un acantilado. Eran aproximadamente las dos de la mañana y ambas disfrutaban del paisaje estrellado que aquel alto lugar les proporcionaba, era como si incluso en el suelo hubiese estrellas gracias a las luces de la ciudad.
― Te escucho, Bella.
― Además de Seras... no he tenido algo como una amiga.
Marie observó el apacible rostro de la menor observando el paisaje, tan hermosa y tan... sentimental. Sus pupilas parecían temblar mientras una sonrisa comenzaba a adornar su rostro.
― Por eso, gracias. Incluso si nos conocimos de una forma... extraña, comienzo a apreciarte de verdad.
― A tus padres no parece molestarles que estés tan tarde en la calle.
― No mientras llegue antes del amanecer.
― ¿Qué podría pasar si no llegas?
― No tengo idea, la verdad.
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Alucard observaba como Zack temblaba, era la primera vez que miraba a su pequeño maestro tan furioso por algún asunto.
― ¿Puedo preguntar de nuevo la hora?
― Cuando gustes, querido.
― Alucard, no estoy de humor para ello.
Una pequeña risa se escuchó en la callada oficina, incluso Victoria quien siempre estaba dispuesta a aligerar el ambiente se encontraba tensa.
― Tres de la tarde.
― Tres... ¡Tres de la maldita tarde, y Bella no aparece! ¡¿No pediste permiso para vigilarla la última vez?!
― Lo siento, tuve que regresar a la mansión al anochecer, hoy era mi turno en la vigilancia.
― Reza porque no se haya escapado con todos los secretos de la organización.
Al menor no le preocuparon esas palabras en lo absoluto, sabía que aquella joven no podía hacer demasiado con esa información. ¿Qué credibilidad podría tener una niña?
― Como alguien haya tocado a mi pequeña Bella... lo mato.
― ¿Tu "pequeña" Bella?
― ¿No has visto cómo actúa? Es como una hermana menor o una hija pequeña.
― Ya, pero ¿tuya?
― Por el amor a dios, no estoy para esto.
― ¿Qué haremos?
― ¿Dónde la perdiste de vista?
― Las escuché hablar sobre algún acantilado y estrellas.
― Entonces la buscaremos.
Antes de poder salir de la oficina, un sirviente llegó apresuradamente con una carta.
― Ha llegado esto específicamente para el señor.
― Gracias, puedes retirarte.
Ante aquel tenso ambiente no hizo falta repetirse, el sirviente salió tan rápido como entró.
Zack abrió aquel sobre sin sello ni remitente, era un simple sobre blanco con un sello de cera negro, ni siquiera tenía algún logo o distintivo de otro tipo.
Miró la hoja con apenas unas líneas de texto, un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir la respiración del vampiro en su nuca.
― Maestro, ¿qué dice?
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Héritier (Alucard)(Hellsing)
FanfictionAlucard x Male OC Debía hacerlo, incluso si no era lo que deseaba. No tenía otra opción, sabía que tarde o temprano ocurriría, la terquedad humana lo hacía evidente. Ya no se trataba de sus deseos, se trataba de la necesidad del mundo. Hellsing no p...