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— Entonces... ¿mi vida nunca peligró?

— No peligró la vida de nadie.

Integra observó como el joven comenzó a temblar, sus piernas flanquearon y casi cayó sentado al suelo de no ser porque la fémina lo sostuvo por los brazos.

— Lo siento, señora. Encontré una katana en su oficina y la tomé sin permiso.

— En tu lugar, yo no estaría preocupada por eso.

Lo miró soltar las armas y terminar por abrazarla, permaneció quiera durante unos segundos antes de corresponder al abrazo, gracias a la diferencia de altura Integra llegaba hasta los ojos del menor.

— Que alivio.

Zack suspiraba mientras terminaba por aferrarse a ese abrazo. Realmente estaba aterrado. Cualquier tensión en su cuerpo se había disipado de su ser, estaba tan aliviado que podía desmayarse en cualquier segundo.

Oh, momento. Sí lo hizo.

— ¡Victoria!

Segundos después, la mencionada llegó corriendo junto a su maestra.

— ¿Zack?

Integra lo sostenía con fuerza de la cintura mientras el cuerpo del joven reposaba inconsciente entre sus brazos, con la cabeza apoyada en su hombro.

— Encárgate de buscar al médico, iré a hablar con Alucard.

— Sí, señora.

Seras cargó el cuerpo del joven con cuidado antes de caminar en dirección a su habitación. Integra se inclinó y tomó las armas del joven, miró las inscripciones en la katana y pasó un dedo por ellas, estaban escritas en un brillante relieve dorado.

— ¿Cuándo aprendió a bendecir armas?

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Zack despertó y soltó un gruñido al sentir el sol pegar directamente en su rostro. Miró por la ventana y frunció el ceño al ver las ventanas y cortinas abiertas, siempre las mantenía cerradas

— ¡Zack!

Su vista terminó posada en el lado contrario de la cama mientras se sentaba, observó a Victoria mirarlo con un brillo en los ojos antes de abrazarlo consiguiendo arrancarle un gemido de dolor debido a la presión ejercida sobre sus heridas.

— Lo siento, lo siento.

A pesar de sus disculpas, sólo aflojó la intensidad de su abrazo. 

— Alana mencionó que Alucard te disparó.

— Sí, lo hizo. Debía lucir creíble.

— Entonces eres un vampiro. 

— Sí, soy la pupila de mi maestro Alucard.

Zack suspiró pesadamente antes de que Victoria deshiciera el abrazo para sujetarlo por los hombros y mirarlo con cierta preocupación y confusión.

— ¿No estás asustado?

— Algo sorprendido, pero no parece que quieras matarme como cierto señor de gabardina roja.

— Tengo que hablar con mi hijo adoptivo a solas, Seras.

El par miró a Integra en la entrada de la habitación y la rubia asintió antes de alejarse y salir del lugar no sin antes hacer una reverencia ante la fémina.

— ¿Hijo adoptivo?

— No puedo heredarle a un joven con quien no comparto lazo alguno.

— ¿Necesita alguna ayuda con los trámites?

Héritier (Alucard)(Hellsing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora