Héritier (Alucard)(Hellsing)

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La verdad no suelo escribir lo que van a leer aquí, pero espero les guste o al menos no sufran leyéndolo. 

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Tan solo un par de días habían pasado desde lo ocurrido entre el joven y el vampiro, tiempo suficiente para que el dolor se fuera, pero no para que las marcas se borrasen por completo.

Zack terminaba de leer un reporte en la oficina mientras Bella salía de esta última.

― Satanismo... vaya conexión tenían.

― ¿Y bien?

El menor levantó la vista al vampiro recién llegado antes de bajarla rápidamente a los papeles en el escritorio.

― Es un motivo suficiente para los religiosos.

Zack se levantó de su asiento y comenzó a caminar en círculos, no tenía una lista extensa de sospechosos y eso lo dejaba en un aprieto.

_ ¿No te pareció muy sospechoso que el vaticano insistiera en conocerte? 

― Es demasiada coincidencia que Aksel sea paladín justo ahora. Pero... ¿Qué ganaría el vaticano con esto?

― Puede ser cualquier cosa. ¿Has leído sobre la santa inquisición?

― Sí.

― Fue todo egoísmo. Herejía inventada por los mismos obispos, así la iglesia pasaría a poseer los bienes de las víctimas; teniendo esto en cuenta, no necesitan un motivo real, si no una excusa.

Alucard observó con atención al joven, lucía sorprendido al punto de quedarse sin palabras. Si era honesto, estaba irritado; demasiado para su propio gusto. Zack no lo miraba a los ojos y si lo hacía era apenas por fracciones de segundos. No le gustaba eso, le gustaba ser mirado por él. ¿Era algo infantil? Quizá, pero en presencia de aquel joven de ojos oscuros le era algo inevitable.

Lo observó apoyar las manos en el borde del escritorio mientras procesaba lo escuchado. 

Para el vampiro era inaceptable seguir con esa molestia en silencio, iba a conseguir que el joven lo mirase a los ojos y sabía perfectamente como lograrlo.

Zack se sobresaltó y como si fuesen simple aire su montón de pensamientos desaparecieron al escuchar la respiración del vampiro en uno de sus oídos mientras sentía sus manos deslizarse por su cintura, manteniéndose ahí mientras comenzaba a hablar en forma de suaves murmullos.

― Hay algo que lleva molestándome desde hace unos días, ¿sabes?

El joven no fue capaz de articular palabra alguna, escalofríos recorrieron su cuerpo al mismo tiempo que sentía una sacudida en todo el cuerpo. Gimió de dolor al sentir un leve pellizco en la cintura.

― Responde cuando te hablo.

Estaba claro que no debía hablarle así y que Zack no debería disfrutarlo, pero ahí estaban, y vaya que el menor lo disfrutaba.

― Sí.

― Sí, ¿qué?

― Sí, señor.

Un jadeo escapó de sus labios al sentir otro pellizco.

― Incorrecto.

― Sí, Alucard.

― Sigue siendo incorrecto, pero no me molesta. 

Zack sintió como su pantalón era desabrochado y la cremallera bajaba por su propia cuenta, una mano se deslizó dentro de su ropa interior y jadeó al sentir como su miembro era acariciado de una forma lenta pero firme.