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Todo lo que había poseído en ese momento para guiarse había sido nada más que la luz de la luna junto a los sonidos de la lluvia los cuales eran amortiguados por el denso techo del enorme lugar. Digno de sorpresa, tan solo eso le había sido suficiente para guiarse.

"Los humanos suelen guiarse con solo sus ojos, aprende a usar el resto de tus sentidos, no están allí por simple adorno."

Realmente los consejos otorgados previamente por el vampiro en forma de simples comentarios al aire le habían servido demasiado. Si volvía a verlo definitivamente debía agradecerle... antes de preguntar si tenía idea de lo ocurrido.

Las lágrimas rodaron por sus mejillas siendo entremezcladas y perfectamente camufladas por la fría lluvia que azotó su cuerpo con fuerza, provocando que su cuerpo temblase y tuviese múltiples escalofríos. Miró la navaja en sus manos, iba acompañada de múltiples salpicaduras y manchas de sangre en distintas partes de su cuerpo; tan solo hubo otras dos personas en el camino a las cuales tuvo que apuñalar en reiteradas ocasiones, la oscuridad y amplitud del sitio jugaron a su favor, gracias a su delgada complexión fue capaz de esconderse perfectamente en los rincones del lugar para atacar por sorpresa y no desgastarse mucho más en un enfrentamiento cara a cara.

Pasó las manos por la oscura tela del pantalón y se levantó sin molestarse en limpiar su rostro incluso después de que las lágrimas de satisfacción se detuviesen. Sostuvo su muñeca derecha buscando ejercer mayor presión en el área afectada, ahora que la adrenalina comenzaba a disminuir el dolor comenzaba a aumentar considerablemente. 

Miró a su alrededor y apreció que era un maldito laberinto en un lugar desolado. Podía mirar las luces de la ciudad a la lejanía, caminó tambaleándose mientras se guiaba por la iluminada ciudad.

Su cuerpo entero temblaba descontroladamente, su mareo iba en aumento y sus defensas iban bajando. No había comido nada en todo ese maldito tiempo.

No era consciente del tiempo a su alrededor, no fue consciente ni siquiera cuando estuvo media hora caminando y su temperatura corporal descendió hasta límites alarmantes. Comenzó a jadear mientras pasaba el dorso de la mano izquierda por su frente, tenía calor, sentía como si descendiera lentamente hacia el infierno y apenas fuese por el nivel más alejado.

Todo a su alrededor daba vueltas y ya no era capaz de sentir sus dedos, ni de caminar en línea recta sin tambalearse. Las luces parecían incluso más lejanas que en un inicio, sentía una enorme necesidad por sentarse en el lodoso suelo y desnudarse, no estaba tolerando el calor.

La sola tarea de mantener sus ojos abiertos suponía una enorme carga que no estaba seguro de aguantar.

— Parece ser que ya es costumbre encontrarte en situaciones así, pueblerino.

Se tambaleó y casi cae en su espalda al tropezar con esa enorme figura oscura. Sintió la calidez de unos brazos rodeando su torso y como su cuerpo era inclinado hacia atrás, dejando que las múltiples gotas de agua golpeasen directamente su rostro.

Alucard sonreía con satisfacción mientras se arrodillaba sosteniendo el cuerpo del joven, podía regresar a la mansión en un pestañeo, pero quería observarlo tan solo un momento más.

Sus labios se encontraban colorados, mientras que las puntas de sus dedos comenzaban a ponerse rojas. Era como sostener un muerto, estaba helado.

Apartó unos mechones de cabello de su rostro y lo apreció con detenimiento, sus ojos estaban entreabiertos y balbuceaba cosas sin sentido alguno. Además, pudo apreciar el enrojecimiento e irritación de sus ojos, si, había estado llorando quizá más de lo que pudo haberlo hecho estando en la mansión.

Héritier (Alucard)(Hellsing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora