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Zack se encontraba en la oficina, terminando de organizar y guardar unos documentos en uno de los cajones del escritorio. Al regresar a su postura erguida, sintió un escalofrío que inició en su nuca y terminó en la parte baja de su espalda, lo que lo obligó a arquearla.

Sabía muy bien a que se debía, estaba siendo observado por nada más y nada menos que Alucard. Entendía el hecho de que debía permanecer atento a toda la mansión en caso de amenazas o algo similar, pero... Demonios, era tan raro saber que estaba siendo observado a casi todas horas, no estaba seguro de cuanta privacidad podía tener en su propia habitación.

Sus bochornosos pensamientos fueron interrumpidos por un par de golpes en la puerta, concedió el permiso y observó a Bella entrar en la oficina mientras cerraba detrás suya.

La observó en silencio, mientras la menor daba una tímida vuelta sobre su propio eje; le estaba mostrando su vestido.

El vestido llegaba cinco dedos bajo la rodilla, llevaba el clásico delantal blanco con decoraciones bordadas a mano, una delgada línea blanca decoraba la parte baja de aquella esponjada falda. Si bien era un tanto esponjosa no llegaba a ser exagerado, solo lo suficiente (aunque lo veía como un detalle innecesario). Acompañándolo llevaba unos guantes largos, unas medias negras y zapatos de vestir blancos. 

— ¿Estás cómoda con eso?

— ¿Ah? Sí.

Bella estaba incrédula, esperaba un cumplido, algo como "sí, el uniforme te va bien". 

— Ya, ¿necesitas algo? Me parece que dejé tu itinerario en tu cama, mientras dormías.

— Bueno, le haré compañía en caso de que necesite algo.

— ¿Ya le dejaste instrucciones a los demás?

— Ya, fue un poco difícil al inicio, pero resultó bien.

— ¿Difícil?

— Nada importante, se lo aseguro.

La menor no estaba muy segura de si debía mencionar lo que escuchó, la manera en que fue cuestionada ella junto a la autoridad del mayor. Cosas como "La señora debió volverse loca si dejó a un joven así de imprudente" "Eres apenas una mocosa, ¿cómo crees que serás mayordomo? una estupidez". No quería simplemente llegar e imponerse a la fuerza, incluso si no tenía experiencia real tenía probabilidades altas de ganar una pelea; incluso si esos hombres eran mayores y más intimidantes que ella.

Con un movimiento de mano, Bella supo que debía situarse junto al joven y así lo hizo.

— ¿Qué harás con el otro uniforme?

— Planeo usarlo la siguiente semana.

— Me parece bien.

Zack miró un momento más a la joven antes de dirigir la mirada nuevamente al escritorio. El cabello cobrizo de la menor estaba perfectamente peinado en una cola alta, sencillo pero eficiente.

Todo lo que yacía en el escritorio era un folder cerrado; había solicitado información relacionada a la menor y había sido complicado encontrarla gracias a que no tenía nombre o apellido alguno, pero ahí estaba el reporte. Sí que el departamento de información era jodidamente eficiente.

— Bella, necesitas entrenamiento físico.

— ¿Sí?

— Me encargaré de ello personalmente, eres preocupantemente delgada y necesitas saber protegerte a ti misma.

— ¿Será en mi día libre? 

— No tienes algo como eso.

— ¿Entonces...?

— Será en las noches, cuando tenga tiempo.

La menor se limitó a asentir mientras mantenía su mirada clavada en el joven de hebras negras, lucía sereno mientras observaba la madera del escritorio y pasaba sus dedos por aquellas líneas, siguiendo los patrones que proporcionaban naturalmente. Incluso si quería negarlo y mentirse a sí misma, la idea de recibir una visita nocturna por parte de un hombre la asustaba de sobre manera; más bien, desde que había llegado a esa mansión estaba constantemente asustada, no podía siquiera dormir correctamente. Temía que alguno de los hombres se colara en su habitación y que nadie se percatase o que incluso si era el caso, nadie la ayudara.

Zack desvió la mirada hacia las manos de la menor, apreciando como temblaban antes de que las escondiera tras su figura.

— Pensándolo mejor, Seras puede encargarse de ello. Es uno de los mejores elementos que Hellsing posee.

Pudo apreciar perfectamente como sus hombros se relajaban y sus manos terminaban a sus costados, dejando ver que en efecto la primera idea la había asustado. Los hombres la asustaban al parecer.

— Anda, casi es hora del almuerzo.

— ¡Oh! Lo olvidaba, con permiso.

La menor realizó una reverencia antes de marcharse; volvió al cabo de unos minutos con un sobre en las manos.

— Al parecer llegó esta correspondencia importante.

Dejó el sobre en el escritorio antes de salir nuevamente y esta vez no volver.

"Intento guiarte por el buen camino, pero pensar que.... oh, Zack. No cabe duda de que eres hijo del pecado, no te apartas de él ni por un segundo."

Zack reconoció el sello de aquel sobre al instante. Una carta de la iglesia o más bien del vaticano. Tomó el cuchillo adecuado y abrió el sobre, disponiéndose a leer el contenido escrito enteramente a mano.

Mierda, mierda, sintió su garganta secarse al mismo tiempo que bajaba aquella hoja blanca hasta dejarla posada sobre el escritorio. Pasó una mano por su negro cabello a la vez que cerraba los ojos y mordía su labio inferior, sus hombros se tensaron y su ceño se frunció. 

Algún maldito obispo del vaticano se había enterado de la decisión de integra y ahora estaban interesados en conocerlo; o como ponía textualmente "conocer al famoso sucesor de Hellsing".

Abrió los ojos y acabó posándolos nuevamente en aquella elegante carta. Integra no había mencionado nada acerca de verse obligado a reunirse con el vaticano. En todo caso, había decidido no presentarlo formalmente a nadie por el momento, era más ventajoso creer que Integra estaba vieja y débil, muriendo poco a poco con el poder de Hellsing; siendo así, ¿cómo habían encontrado información sobre él?

Habían usado su nombre y antiguo apellido, lo cual dejaba un par de cosas en claro: Investigaron acerca de él, no lo consideraban aún el actual sucesor y el técnicamente legitimo hijo de la casa.

Comenzó a dar suaves golpecitos con el dedo a la madera barnizada del escritorio mientras se detenía a pensar que hacer antes de responder cualquier cosa. Una parte de sí (la más arrogante, seguro) quería escribir nada más que un par de frases remarcando la falta de respeto que había sido usar el "Hunter" y no el "Hellsing", otra quería esconderse y dejar que los problemas se resolvieran solos. Sin embargo, una vez más su razonamiento fue el predominante, no ganaba o perdía nada con negarse respetuosamente y poner alguna excusa tonta; Pero vaya que ganaba algo al presentarse. Información, podía saber con qué clase de ojos el vaticano miraba la organización, entendía que eran hostiles, pero ¿hasta dónde? 

Era evidente que no actuaría más allá de los pocos hilos que había movido hasta el momento sin estar seguro de que tan profundo era ese rio de porquería. Y quién sabe, quizá hasta sabría algo de Aksel.

Héritier (Alucard)(Hellsing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora