Zack se encontraba en su oficina, cruzado de piernas mientras miraba a la joven pareja frente a él. Era evidente que él no podía adoptar al niño gracias a su complicada relación con la iglesia.
Así que tuvo que pagar a una pareja para que lo adoptaran en su lugar.
No estaba prestando mucha atención a cómo la pareja explicaba lo complicado que fue la adopción del niño; y lo entendía. Si Aksel estuvo involucrado era obvio que no soltaría a su preciado... Pequeño.
Terminó de firmar los cheques correspondientes y los entregó a los individuos antes de estrechar sus manos y dejar que Bella fuese quien los guiara a la salida.
Observó la hora; Tres de la tarde. Hora de su merienda dónde usualmente Alucard lo acompañaba, aunque esta vez sería la excepción.
Con la voz más gentil que pudo usar, le dirigió la palabra al aterrado pequeño que temblaba y lloraba sin control en un sofá de la oficina, sin entender que ocurría y que harían con él en ese lugar.
— ¿Estás hambriento? El chef de la casa prepara un estofado de pollo delicioso.
El pequeño solo negó con la cabeza mientras miraba al suelo.
—Entiendo que tienes miedo, pero te aseguro que nadie te hará daño aquí.
Y como era de esperarse, el pequeño ser no le creyó.
Escuchó un gentil y familiar toque en la puerta seguido de Bella entrando a la oficina.
—El almuerzo está listo, es carne de res salteada con verduras y arroz.
—Bella, por favor lleva al pequeño a comer, ¿Sí? No quiere probar bocado, pero está demasiado delgado.
La joven solo asintió con la cabeza y le extendió la mano al pequeño niño mientras hablaba en un tono bajo y dulce. El niño tomó la mano de la joven y dejó que lo guiaran al comedor, dónde minutos después Zack tomó asiento manteniendo una distancia prudente.
El joven maestro comenzó a comer sin prestarle mucha atención al pequeño, ni siquiera se volteaba a mirarlo. Este gesto provocó que el menor se relajara lo suficiente como para comer, terminando por (en pocas palabras) engullir toda la comida.
El pequeño tímidamente se giró a mirar a Bella, quien no pareció entender la mirada.
Zack observó al pequeño un momento antes de hablar y seguir comiendo.
—Sirvele otra porción.
Bella hizo una reverencia antes de levantar el plato del pequeño y dirigirse a la cocina, regresando momentos después con otra ración de comida que por supuesto el pequeño no desperdició.
—Llevalo a conocer la mansión y su nueva recámara.
—Como ordene.
La jovencita tomó la mano de aquel niño pequeño y lo llevó con ella, dejando a su joven maestro comer solo (algo que no hacía en mucho tiempo).
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Entrada la noche, Seras se encontraba junto a la cama del niño, mirándolo de cerca con una enorme curiosidad y tenura reflejada en todo su ser.
—Asi que, ¿Es el niño del que habló la paladina?
Bella se limito a asentir con la cabeza, terminando de ordenar el nuevo armario del pequeño.
—¿Y el joven maestro no lo ha querido ver?
—Le quiere dar su espacio para que se acostumbre.
Y finalmente, Victoria se dirigió directamente al pequeño.
—Oye, pequeñín, ¿Tienes un nombre?
Lo miró negar y eso solo alimentó su curiosidad.
—¿Porqué no? La mayoría de huérfanos tienen nombres.
—Mamá y papá deberían ponerme nombre.
Ambas féminas se miraron entre si mientras la más joven solo rascaba su nuca, hasta que la vampiresa tuvo una idea.
—¿Y si el joven amo lo nombra?
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—Ni hablar, aún no se que haré con él.
Al instante la expresión de Seras pasó a ser un puchero mientras se cruzaba de brazos. Ni siquiera había dicho los buenos días en aquel frío amanecer y ya estaba pidiendo conservar al niño en la mansión.
— ¡Por favor! Hay que conservarlo, me agrada mucho y a Bella también.
—No somos un orfanato ni un jardín de infantes.
—¡Por favor!
—No quiero.
—¿Ya pensó a dónde irá si no lo conservamos aquí?
Por un momento, Zack solo quiso responder "A otro orfanato". Pero algo lo detuvo.
Inevitablemente se veía reflejado en ese niño, ambos víctimas de circunstancias distintas. No sabía si tenía el corazón para dejar a un niño tan pequeño a su suerte, y menos en una Inglaterra tan fría y despiadada.
—Lo pensaré, ¿Si?
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—Si no sabes que hacer con él, me lo puedo comer yo.
Zack suspiró ante las palabras del vampiro, ambos de pie en la oficina mientras observaban por el gran ventanal a la joven Bella sentada en el pasto con el pequeño niño, sosteniendo una aparentemente amena conversación.
—No te vas a comer a ese niño.
—¿No puedo?
—No.
El vampiro suspiró mientras apoyaba las manos en el cristal, encerrando a su pequeño amo entre la helada superficie y su helado cuerpo, inclinandose hasta oler su cuello y lamerlo, jadeando sutilmente ante el simple tacto de su piel.
Escuchó el sutil jadeo del de orbes oscuros y sonrío, dando un ligero beso a su cuello para simplemente apoyar la cabeza en su hombro.
—Creo que lo conservaré.
Alucard solo abrazó al joven por la cintura mientras frotaba su rostro contra el hombro del más joven, deseoso de su tacto y su vivo calor, como si fuese un gato gigante al que solo le faltaba ronronear.
—Haz lo que quieras.
Zack no pudo evitar soltar una corta risa entre dientes al escuchar el tono tan suave y cariñoso del vampiro, quien quiera que lo conociera no lo creería capaz de hablar así.
—Eres como un animalito necesitado.
—Necesitado de ti.
El de orbes oscuros solo levantó una mano hasta acariciar el cabello del vampiro, deslizandola entre las hebras negras e incluso dando suaves tirones al cabello, provocando suspiros de puro placer del vampiro; Zack no podía evitar recordar a un cachorro abandonado, derritiéndose y lloriqueando ante la más pequeña caricia.
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Disculpen si hay faltas de ortografía y gramática :c
-Phntome
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Héritier (Alucard)(Hellsing)
FanfictionAlucard x Male OC Debía hacerlo, incluso si no era lo que deseaba. No tenía otra opción, sabía que tarde o temprano ocurriría, la terquedad humana lo hacía evidente. Ya no se trataba de sus deseos, se trataba de la necesidad del mundo. Hellsing no p...