045.

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No había dormido nada.

El silencio de la habitación retumbaba como fuertes tambores en mis oídos y a pesar de estar solo sentía como alguien me observaba, sabía que en cualquier momento podría entrar pero me mantuve tranquilo al saber que no fue así. Suspiré hondo, llevando todos mis lamentos y dejándolos escapar en una pequeña risa al recordarla, lucía grandiosa y ansiaba verla otra vez. El día ya había comenzado y consigo, una tortura más hasta que ella decidiera ponerle fin.

—Debería usar esto —comenté en voz baja observando el buzo cuello tortuga el cual ayudaría a cubrir las marcas.

La perilla de la puerta se movía descontroladamente alertando todos mis sentidos y recordé que Haneul permanecía en casa en busca de una segunda o tercera plática. Me vestí rápido y como si estuviera escondiendo algo, llevé mis manos hacia atrás y contuve la respiración al abrirse la puerta. Sonreí y me dejé caer al ver el cuerpo de mi madre, no comprendía mi actitud pero me sentía aliviado que fuera ella y no alguien más.

—Soy tu madre y espero que me digas la verdad, sabes que las mentiras no funcionan conmigo —cruzada de brazos esperaba en la puerta mi respuesta y aunque ella tuviera razón, tampoco podría decirle que tuve una pequeña discusión con mi novia la noche anterior.

—Tienes razón, no puedo mentirte —me encogí de hombros y me senté sobre la cama. —Estaba pensando en Hye —ambos nos sorprendimos y me desconocía porque sin pensarlo lo había dicho y aunque fuera una mentira, en parte no se sentía así.

—Yo también estaba pensando en ella —caminó hacia mí y se sentó a mi lado, acariciando mi pierna para darme un beso sobre la frente. —Pensaba en que deberíamos salir más con esa familia, me agradan demasiado.

¿Salir? ¿Todos juntos? No era una mala idea pero tampoco deseaba eso. Por un lado, podría pasar tiempo con ella y buscar algún pretexto para verla, sin embargo, no me sentía convencido de ello porque sabía que estaba enojada conmigo aunque ella no me lo dijera. Además, sus hermanas me odian.

—No creo que salir con todas ellas sea buena idea, pero agradezco la sugerencia. —me dejé caer sobre la cama cerrando los ojos y fruncí el ceño al no escuchar nada.

—Piénsalo, creo que sería una buena idea -se levantó de la cama observando toda la habitación saliendo sin decir nada más. —Ah, eso me recuerda algo, hijo mío. —asomó su cabeza señalando mi cuerpo, riendo para ella misma. —Te dije que las mentiras no servían, le pedí a Haneul que se fuera.

Me incorporé rápidamente respirando más rápido de lo normal, apreté mis labios en una línea y asentí un par de veces para luego marcharme de la habitación. Acomodé el cuello de mi buzo y al estar donde quería cerré la puerta y agradecí a mi madre por haberla echado, aunque con eso significaría que estaría enojada y tendría problemas. Todo lucía normal, no había señal de que ella estuviera sacando las cosas de su lugar y sentí paz en mi interior; no escondía nada pero temía que encontrara algo que no debía. Estaba aburrido y no había nada que pudiera entretenerme por lo que su nombre llamaba mi atención y quise llamarla pese no haber respondido su mensaje. ¿Estaría molesta? Lo dudo.

Estaba molesta.

Ya era la quinta vez que me mandaba a buzón de mensajes y cómo no estarlo, intenté besarla aunque pedí permiso y para el colmo no respondí su mensaje de buenas noches por estar con Haneul. Mandarle un mensaje sería la opción más viable pero quería escuchar su voz, sin importar que use el tono serio y que muy posiblemente tenga el ceño fruncido mientras muerde su labio, sin importar eso quería escucharla ahora. Tomé aire y marqué por última vez deseando que atendiera y cuando finalmente no me mandó a buzón de mensajes, fue otra voz la que me contestó, una que no me esperaba escuchar.

mr dick ©jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora